SALAMANCA 2

ALAVÉS 3

La piña en la que se fundió toda la plantilla al amparo de una afición que le apoyó en el Helmántico refleja a la perfección la liberación que supuso para el Deportivo Alavés el gol de David Aganzo con el tiempo cumplido, con el que los albiazules lograron ese primer triunfo que tanto se había resistido. Los abrazos y las muestras de efusividad sin duda se lo merecían, no ya sólo por los seis intentos frustrados anteriores, sino porque ayer también hubo que sufrir de lo lindo para remontar hasta en dos ocasiones los goles locales.

Ese deseo y esa determinación, junto a la superioridad numérica por la expulsión de Dani López en el minuto 82, fue la clave de un triunfo que debe servir como punto de inflexión y para aparcar urgencias.

Y es que, aunque los jugadores lo negaran constantemente, la ansiedad por plasmar en victoria el buen trabajo de entre semana era patente en todo el plantel y esa urgencia atenazó al equipo en una puesta en escena bastante pobre. Los nuevos cambios de Josu Uribe parecían baldíos, ya que sin incrementar para nada el poder ofensivo respecto al Tenerife, perdió rigor defensivo, comenzando por un centro del campo que, con Lacen como novedad, hizo aguas en todos sus cometidos.

En apenas ocho minutos, David Rodríguez culminó de cabeza una buena jugada del equipo charro que parecía mucho más enchufado.

Sin embargo, sin haber aportado nada ofensivamente, el empate no se retrasó en exceso, aunque llegó de una manera no muy ortodoxa. Y es que, Aganzo empató el encuentro en el minuto 20 al transformar, con repetición incluida, un penalti señalado por un agarrón a unos 25 metros de donde estaba el balón. No obstante, la alegría fue muy efímera, ya que apenas cinco minutos después, Jorge Alonso volvió a poner por delante a su equipo con un gran lanzamiento de falta.

Apuesta con premio

Al Alavés no le quedaba otra que echarse hacia adelante y buscó el gol desde el primer minuto de la reanudación. Esta vez sí, los cambios introducidos por Josu Uribe surtieron efecto y el equipo gasteiztarra mejoró su perfil ofensivo, no sin arriesgar a que a la contra el Salamanca lograra sentenciar. Sergio Rodríguez, en sustitución de un desangelado Lacen, comenzó a mover el equipo que, con la incursión de Mena e Igor, comenzó a utilizar las bandas, especialmente la derecha con Edu Alonso.

De todos modos, la estrategia volvió a ser la vía por la que el Alavés encontró el camino hacia la portería contraria. Corría el minuto 75 cuando Sergio Rodríguez botó un corner y Pablo Casar sorprendió de cabeza a la defensa local en el primer palo.

Mientras el Salamanca parecía dar por bueno el empate, los albiazules no se conformaron y la sensación de dejar escapar otra buena oportunidad era cada vez mayor, sobre todo tras la expulsión de Dani López.

Cuando el empate parecía el mal menor, con un toque sutil, Aganzo consiguió, sobre la campana, el gol de la liberación.

SALAMANCA-ALAVES

David Aganzo

El delantero albiazul provocó el penalti que él mismo se encargó de transformar e hizo el gol del triunfo en el último minuto con un sutil remate ante la salida de Alberto.