El Ordizia jugó un partido que se le puso cuesta arriba desde el principio, y en el que a la media hora tenía 20 puntos a los que dar la vuelta. A pesar de esto no perdió nunca la cara al rival, se mostró correoso e intentó remontar. De hecho, los tres primeros ensayos, que a la postre condicionaron todo el partido, fueron balones robados en la veintidós del Bwin, con los azules presionando por ensayar, lo que es un atisbo del afán goierritarra. Pero eran muchos puntos y mucho equipo, y al final a los del Kitmar, que hicieron tres ensayos, se les quedó la espinita de no poder haber conseguido uno más.