Lo tenía en la mano: ser el primer debutante en ganar el mundial de Fórmula Uno y ser, además, el piloto más joven en lograrlo. Sin embargo, una tonta salida de pista camino a los boxes, producto de una degradación superlativa de los neumáticos, provocó que Lewis Hamilton desperdiciara su primer match ball.

Después de una nueva semana de dimes y diretes entre pilotos, escuderías, posibles sanciones y lamentos de diverso acento, la climatología, ora pluviosa, ora seca, dictó sentencia en una carrera que, de rebote, reincorpora a Fernando Alonso y a Kimi Raikkonen en la batalla por el mundial de pilotos. Todo queda por decidirse en el circuito brasileño de Interlagos, dentro de escasas dos semanas.

Desde luego, los gerifaltes de la Fórmula Uno pueden darse con un canto en los dientes, ya que esta insospechada última incertidumbre les va a asegurar la emoción y, con ello, unas jugosas audiencias. Tras la carrera de ayer, Hamilton sigue líder con 107 puntos, pero Alonso ya está a cuatro, con 103, y por si tuviera poco trabajo, el británico deberá vigilar al cavalino rampante de Raikkonen, ya que aún conserva opciones matemáticas de ser campeón. El piloto finés suma 100 puntos, después de vencer en Shangai.

El inicio de la carrera, antes incluso de la vuelta de calentamiento, coincidió con un buen chaparrón, con lo que todas las escuderías montaron neumáticos de lluvia -intermedios, ya que sólo llovía a ratos y había zonas más húmedas que otras- y se quedaron a la espera de los acontecimientos.

Lo que aconteció en los primeros compases fue que Hamilton volvió a demostrar que bajo la lluvia se maneja a las mil maravillas, y fue poniendo asfalto de por medio, seguido a distancia por Raikkonen, mientras que Alonso tenía delante el tapón de Massa. El brasileño era más lento que el asturiano, pero éste no encontraba hueco alguno por donde adelantar a su rival.

El cielo de Shangai se contuvo de soltar más líquido, con lo que una correcta elección de neumáticos iba a resultar crucial para el devenir de la carrera.

Ya en el primer repostaje sorprendió que ninguno de los primeros clasificados cambiara de juego de neumáticos. Sólo los de detrás lo hacían, eligiendo gomas para asfalto seco. El que peor salió parado de esta decisión fue Hamilton, que vio cómo sus ruedas no se adherían a la pista. En más de una ocasión debió sacar toda su pericia para no salirse de la pista; hasta aquellos que había ido doblando lo adelantaban.

Raikkonen acosó al inglés, que debió ceder ante el empuje del nórdico. Hamilton se acordó tarde de querer conservar los puntos, ya que cuando entraba por la escapatoria hacia los boxes, su coche se salió y quedó encallado en la gravilla. El inglés tuvo que abandonar en el peor momento de la prueba. Sobre el asfalto se jugaba la carrera y, además, se ponía en juego un mundial que volvía a abrirse.

Mientras, Alonso lograba, al fin, deshacerse de Massa. Sin embargo, Raikkonen estaba demasiado lejos del ovetense. Las dos semanas hasta Interlagos se van a hacer francamente largas, sobre todo para Hamilton, Alonso y Raikkonen.