Reunión de urgencia en Ankara en plena ofensiva armada del PKK
Quince soldados turcos muertos en apenas 48 horas. El Ejército turco no reconocía tantas bajas militares mortales en ataques del PKK desde 1995. Algo sí que ha cambiado desde entonces. El Gobierno del Irak ocupado se niega a dejar ahora que el Ejército turco reanude sus incursiones en Kurdistán Sur. El Gobierno turco se reunió ayer de urgencia y hará hoy lo propio con el irritadísimo Estado Mayor del Ejército.
GARA |
El Gobierno turco se reunió ayer de urgencia para debatir un posible endurecimiento de la represión contra el pueblo kurdo tras la muerte en menos de 48 horas de 15 soldados en ataques atribuidos al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
Según fuentes oficiales turcas, se trata del balance de bajas mortales más alto sufrido por el Ejército desde 1995.
Trece soldados murieron el pasado domingo en una emboscada contra una unidad de comandos en misión en la provincia kurda de Sirnak, en la frontera con Irak.
El Ejército turco se apresuró a anunciar una operación masiva «para eliminar a los terroristas en territorio kurdo» y añadió que «se ha realizado un ataque contra los pasos fronterizos fuera del país», en referencia a las zonas de paso utilizadas por la guerrilla del PKK para cruzar la frontera turca desde sus refugios en Kurdistán Sur (Irak).
El sábado, otro soldado murió en enfrentamientos con la guerrilla kurda en Baskale, cerca de la frontera iraní. Ayer mismo, un soldado murió y tres resultaron heridas en una emboscada contra su patrulla en Lice, en la provincia de Diyarbakir, la más poblada de Kurdistán Norte.
«Sangre fría»
Convocados de urgencia el Consejo de Ministros y, para mañana, el Consejo Superior de la Lucha contra el Terrorismo, el portavoz del Gobierno turco, Cemil Ciçek, aseguró que «vamos a tomar todas las medidas necesarias (...) sin dejar lugar a la incertidumbre ni a la falta de determinación». No obstante, y preguntado sobre la eventualidad de una incursión militar turca contra las bases del PKK en Kurdistán Sur, Ciçek fue mucho menos explícito y, pese a insistir en que no descartan ninguna opción, apostó por la sangre fría. «El terrorismo es un problema complejo y no hay que dar falsas ilusiones a la opinión pública evocando una sola medida», aseguró en referencia a los llamamientos de prensa y oposición, que volvieron a abogar por cruzar la frontera iraquí. El diario «Hurriyet» adoptó ayer un tono absolutamente belicista augurando que «la frontera será cruzada y llegará la hora de pedir cuentas».
Ofensiva guerrillera
Tras sucesivos e ignorados llamamientos a Ankara para lograr un alto el fuego bilateral, el PKK ha intensificado este año su ofensiva guerrillera. El último fin de semana doce personas murieron en el ametrallamiento de un minibús en Sirnak.
El Ejército turco ha anunciado un recrudecimiento de la represión vigente en las provincias de Kurdistán Norte, en el marco de su ofensiva de otoño para impedir que columnas guerrilleras puedan regresar a sus bases a pasar el invierno.
El Gobierno títere de Irak, en el que participan los kurdos del sur, se niega a dejar, como ocurrió en la década de los noventa, al Ejército turco hacer operaciones de castigo al otro lado de la frontera turco-iraquí
El primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, presionado por el omnipresente Ejército, anunció que tratará esta cuestión durante la visita que realizará próximamente a George W. Bush en Washington.
Tras un acuerdo negociado con el Gobierno de Kurdistán Sur, Irán reabrió ayer a primera hora su paso fronterizo de Bashmakh, cerrado el pasado 24 de setiembre en represalia por el secuestro de un diplomático iraní por parte del Ejército estadounidense en Irak.
Los otros cuatro pasos fronterizos fueron reabiertos a lo largo de la mañana.
La clausura de los pasos fue lamentada por las autoridades kurdas, que cifraron las pérdidas a un millón de dólares diarios.
El acuerdo bilateral permite la reapertura temporal de los pasos mientras prosiguen las negociaciones y prevé la apertura de dos consulados iraníes en Suleimaniyah y en Erbil, así como la instalación de dos consulados «iraquíes» en Kermansah y Urmia.
Las dos partes «se comprometen a que sus respectivos territorios no sean utilizados por grupos armados o para acciones armadas hostiles», reza el acuerdo.
Uno de los principales puntos de fricción entre Irán y Kurdistán Sur es la presencia en este territorio de bases del PJAK, guerrilla de Kurdistán Oriental (Irán). Teherán ha bombardeado objetivos en la zona fronteriza.
Kurdistán Sur hará todo lo posible para lograr la liberación del iraní, oficial de Al-Qods, unidad de élite de los Guardianes de la Revolución según Washington, y responsable de intercambios comerciales según Teherán. EEUU mantiene detenidos a cinco diplomáticos iraníes que secuestró en enero pasado en Erbil (Kurdistán Sur). El máximo responsable militar de EEUU en Irak, general David Petraeus, acusó al embajador iraní en Bagdad de ser miembro de Al-Qods.
