Quisiera hacer pública mi solidaridad personal con los miembros de Batasuna encarcelados bajo delirantes acusaciones. Y mi admiración por su ejemplar conducta militante. En el tiempo que estuve en HB (año y medio), asistiendo a las reuniones de la Mesa Nacional, jamás hubo nada parecido a lo que algunos jueces locos e incompetentes llaman ahora terrorismo de colaboración o integración. Por el contrario, todos los esfuerzos estaban encaminados a conseguir un acuerdo político y dar una salida al conflicto armado. Muchos de mis compañeros de entonces son ahora presos políticos en esta democracia basura, que para nosotros es una invasión política y territorial. No obstante ya estamos acostumbrados a las formas imperiales. El Parlamento, sus gobiernos y tertulianos rebuznan, los juzgados se limitan a cocear.

Huele demasiado a franquismo. Y más que nadie, el TOP-Audiencia Nacional.