ATAQUE A LA IZQUIERDA ABERTZALE
Batasuna tacha de escándalo el auto de Garzón y cree que refleja «el guión escrito en Moncloa»
La resolución del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón es, a juicio de la izquierda abertzale, un auto netamente político cuyo objetivo es desarrollar el «guión» escrito de antemano por el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero.
Gari MUJIKA | DONOSTIA
La izquierda abertzale acusa directamente a La Moncloa de practicar una vendetta contra el independentismo vasco mediante un previo acuerdo con el poder judicial español para criminalizar a los dirigentes independentistas y hacerles «pagar» -término que empleó el portavoz del PSOE en el Congreso español el pasado viernes- «por el ridículo que hizo ante los observadores internacionales en la mesa de negociación».
Pernando Barrena se refirió ayer, en concreto, a la reunión simultánea que mantuvieron en mayo ETA-Gobierno y Batasuna-PSOE en un país europeo y en el que, tal y como ya informó GARA, el Ejecutivo del PSOE rechazó una propuesta esbozada por mismo este partido y redactada por los mediadores internacionales -a la que mostró su beneplácito la izquierda abertzale- para un acuerdo final, y también la realizada por ETA para deponer las armas e inhabilitar sus estructuras militares.
Después de que Baltasar Garzón ordenara prisión para 21 de los 23 militantes vascos detenidos por la Policía española el jueves por la noche, Pernando Barrena compareció junto a la letrada Jone Goirizelaia en Donostia para valorar el auto emitido por el magistrado español. No obstante, advirtieron de que difícilmente se podría realizar una valoración jurídica de una resolución que escenifica un guión totalmente político escrito por La Moncloa, que Garzón suscribe y desarrolla con la utilización de la Policía española.
Independencia: fin «violento»
Jone Goirizelaia tildó de «auténtico escándalo» el operativo policial y judicial, y alertó de que el Juzgado número 5 de la AN ha instaurado «un estado de excepción jurídica» contra ciudadanos y organizaciones.
Además de vulnerarse los derechos más elementales, Goirizelaia denunció que la resolución de Garzón defiende la encarcelación de los mahaikides aduciendo que persiguen «fines violentos: la independencia y la autodeterminación». Aunque es difícil que un objetivo sea «violento», sino que, a lo sumo, lo serán los medios para la consecución de esos fines, el juez añade que lo ejecutan mediante «una actividad terrorista» -reunirse, comparecer públicamente ante los medios o manifestarse, entre otros-. Para la letrada lo único que se esconde detrás es una pretensión clara para «criminalizar las ideas».
Pero Garzón no se queda ahí. Tal y como informó Goirizelaia, también castiga las «actitudes omisivas» de los 21 imputados. Es decir, Garzón señala que a partir de junio la izquierda abertzale no ha llevado a cabo la práctica que a sus ojos debería de haber desarrollado, y admite que los castiga por ello. Y ahí es donde entra el «criterio de oportunidad política» que la defensa de los mahaikides de Batasuna entiende que se incluye en la resolución.
El escrito judicial sostiene que la actividad de Batasuna hasta junio entraba en el marco de la jurisprudencia española porque tenían como fin «la búsqueda de la paz», pero no ya a partir de la fecha en el que ETA da por finalizado el alto el fuego. Desde esa fecha, Garzón dice que se supeditan a los fines que busca la organización armada.
«Estado de excepción jurídica»
Goirizelaia denunció que Madrid impone una «indefensión jurídica total», ya que todo gira en torno a los criterios políticos del Ejecutivo español del PSOE.
Pero Garzón ha ido aún más lejos. Adelanta, en el propio auto judicial, que se desarrollarán nuevas actuaciones contra personas, colectivos y organizaciones. Al respecto, la abogada criticó que el juez español se viste de legislador, y le acusó de imponer «un efecto expansivo» de las actividades que a sus ojos son punibles. Es decir, anuncia que actuará contra todo aquello que guarde relación con los penados como si de una especie de contagio viral se tratara.
Pernando Barrena, en cambio, omitió directamente el auto judicial por considerar que sólo «escenifica el guión que el PSOE puso encima de la mesa de Baltasar Garzón». Un escrito del que el ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ya había dado cuenta a los observadores internacionales que mediaron en el proceso de negociación, según el político navarro. El mismo ministro que según Barrena aún tendrá en su agenda personal los teléfonos de quienes ahora han sido arrestados por orden del Ejecutivo.
«Vendetta» por el proceso
Defendió que el nuevo ciclo de agresión emprendido por el PSOE busca hacer «pagar» a la izquierda abertzale por «no doblegarse» a sus pretensiones en el proceso negociador.
Barrena, a este respecto, fue más allá. Afirmó que el Ejecutivo español busca castigarles por «el ridículo que hizo ante los agentes internacionales cuando rechazó la propuesta de acuerdo que puso sobre la mesa el equipo de observadores internacionales, a la que la izquierda abertzale dio su visto bueno, y cuando rechazó la oferta de desarme que ETA hizo al Gobierno español», llevando, de facto, el proceso a un estado de colapso.
Criticó que «los mismos que han patrocinado las detenciones son los que hasta ahora nos llamaban un día sí y otro no, por teléfono», y que ahora, en cambio, pretenden «criminalizar la búsqueda de la paz». Y censuró que el Ejecutivo lo desarrolla con miras a las elecciones de marzo para sacar réditos electorales, aun a costa de instalar un nivel de confrontación «no deseado». Pero Barrena fue tajante al afirmar que redoblarán sus esfuerzos y sus iniciativas hacia un escenario de paz.
Desde que el jueves fueran detenidos 23 destacados dirigentes de la izquierda abertzale en Segura, las muestras de protesta y los sabotajes han sido incesantes en toda la geografía de Euskal Herria.
El incidente más grave, sin embargo, se vivió a última hora del viernes en la capital vizcaina, cuando un agente de la Ertzaintza vestido de paisano realizó disparos al aire. Según informaba en la edición del domingo del diario «Deia» y lo recordaba ayer «El Correo», los hechos tuvieron lugar sobre las 21.30 en la Plaza Nueva de Bilbo. Los diarios afirmaban que el agente fue «identificado, acorralado y le lanzaron todo tipo de objetos».
Aseguran que el ertzaina «intentó esconderse como pudo en el acceso a la Plaza Nueva situado en la confluencia de Altxerri con la calle Libertad y, mientras pedía refuerzos con una mano desde un teléfono móvil, con la otra mano empuñó el arma y lanzó dos disparos».
Numerosas patrullas de la Ertzaintza se desplazaron hasta el Casco Viejo donde se recobró paulatinamente la calma.
Los actos de sabotaje se siguen sucediendo en Euskal Herria. En la madrugada del domingo, fue en la localidad vizcaína de Igorre donde desconocidos arrojaron cócteles molotov contra un cajero automático de la BBK, dejándolo totalmente inutilizado.
Por otro lado, un comunicante anónimo asumió una serie de sabotajes llevados a cabo el pasado viernes en Oiartzun «en denuncia al último ataque del Estado español contra la izquierda abertzale». Concretamente, explicó que cruzaron un autobús, lo apedrearon y colocaron barricadas. También explicó que atacaron tres sucursales bancarias.
Las movilizaciones de denuncia y las muestras de solidaridad con la izquierda abertzale se suceden en el ámbito internacional. Basque Comitte de Belfast, en Irlanda, llevó a cabo diversas concentraciones el sábado; en Falls Road fueron 50 las personas que se movilizaron. Hoy las protestas serán en Cork y Dublín.
Desde México, el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FLNS), movimiento que aglutina a diversas organizaciones políticas, señaló en un comunicado que «constatamos, indignados, la intensificación del deterioro de los derechos humanos en Euskal Herria, donde, desde hace meses, en una escalada represiva contra el movimiento independentista, el Gobierno español viene mostrando uno de los peores rostros del estado de excepción que desde hace décadas se encuentra virtualmente implantado en aquel país». El PRD mexicano también denunció el operativo, así somo el MPR Quebracho de Argentina, que censuró «la actitud servil» de su país por no denunciar los hechos y publicitar, en cambio, las actuaciones de Garzón en el país sudamericano.
Briga de Galicia exigió la liberación de los detenidos. CUT-BAI de Andalucía y V-SB de Flandes también censuraron la actuación policial.
Las protestas siguen en las calles vascas. Ayer, 36 personas lo hicieron en Abanto, 100 en Zarautz, 150 en Santurtzi, 100 en el barrio bilbaino de Deustua, 150 en el de Santutxu, 40 en el de Errekalde, 150 en el de San Ignacio y 50 en el de Irala.