El primer ministro británico, Gordon Brown, anunció ante la Cámara de los Comunes que para la primavera próxima no quedarán más de 2.500 soldados en el Irak ocupado.

Más aún, avanzó que, «en una segunda etapa», las fuerzas británicas no conservarán más que una capacidad limitada de intervenir militarmente. 500 hombres permanecerán estacionados en la región en un lugar que Brown no identificó «por razones de seguridad».

Altos responsables militares confirmaron la posibilidad de una retirada total de las tropas -a excepción del pequeño contingente permanente- antes de finales del próximo año.

Brown hizo este anuncio, al que añadió una promesa de que no dejará tirados a los cientos de iraquíes que han trabajado para sus tropas, mientras miles de manifestantes exigían en el exterior que Gran Bretaña se desvincule totalmente de la ocupación de Irak.

Marcha atrás

Horas antes, Brown confirmó en su comparecencia mensual su decisión de no convocar elecciones anticipadas en otoño. El premier asumió «toda la responsabilidad» de esta decisión, que justificó por el objetivo de completar su «política de cambio» en Gran Bretaña.

Reconoció, eso sí, que analizó la posibilidad de adelantar los comicios aunque negó que haya cambiado de opinión por el nuevo repunte de la oposición conservadora en las encuestas. No obstante, no pocos editorialistas y líderes de la oposición le han acusado de desinflarse.

El jefe de filas de los tories, David Cameron, certificó la «marcha atrás humillante» de Brown, a quien acusó de tomar a los británicos por «imbéciles».

Tras su intervención ante los Comunes, Cameron arremetió contra su rival, al que volvió a acusar de utilizar sus anuncios de retirada de Irak por cálculos electorales. Brown ha sido duramente criticado por anunciar una primera retirada de tropas durante su reciente visita a Irak, pese a que prometió que los primeros en enterarse de este tipo de anuncios serían los diputados. «Esta no es una manera de comportarse para un primer ministro», bramó Cameron.

Mientras, al menos catorce personas murieron ayer como consecuencia de un atentado en Samarra y otras seis en otros tres que tuvieron lugar en distintas zonas de Bagdad.