Cuesta demasiado darle méritos a esta Real y para algunos la racha de diez puntos en los últimos cuatro partidos se debe a la mala calidad de los rivales a los que se ha enfrentado hasta ahora y a que el nivel de la Segunda es bajo. Evidentemente, los jugadores que militan en esta categoría no han tenido la opción de jugar en Primera porque tienen menos calidad técnica, pero todos los equipos tácticamente trabajan como lo hizo el Albacete y no es fácil ganar a nadie, como se demostró él sábado.

Preguntado ayer Mikel Aranburu sobre si la Segunda es menos fiera de lo que se le ha pintado, el capitán realista señalaba que «la Primera División, sobre todo en algunos equipos concretos, tiene un nivel superior, pero no me parece que el nivel de la Segunda sea flojo, hay equipos y jugadores buenos. Estamos atravesando una buena racha, pero por nuestra parte si en algo acertamos es en ser humildes y no pensar que somos mejores en calidad que los demás y salimos por lo menos a su altura en actitud, intensidad y concentración. Para estar arriba es lo que debemos mantener y tenerlo siempre en cuenta».

Por eso es a partir de ahora, con los enfrentamientos ante los otros cinco equipos que ocupan el sexteto de cabeza y contra dos recién descendidos, cuando se empezará a comprobar el potencial de la Real y también el de los equipos que ahora parecen más fuertes, de los que también se podría decir que están arriba porque no se han enfrentado entre los primeros ni contra los tres descendidos.

Estirar al máximo la racha

La Real llega a esa primera fase dura con las pilas de moral y de confianza cargadas a tope. El capitán destacaba que «es importante ahora que hemos cogido una buena racha intentar aprovecharla y alargarla al máximo. En una temporada tan larga habrá tramos en que los resultados no sean tan buenos y cuando las cosas van de cara hay que aprovechar y ampliar al máximo la ola de buenos resultados».

Era partidario de no pensar en los siete partidos, sino de centrarse sólo en el primero, y reconocía ante el inicio de esa serie que «los últimos triunfos nos han dado confianza. Esto es muy largo, cada semana se juegan tres puntos y si es contra un equipo que gana muchos partidos, un triunfo supondría acercarnos más a los tres primeros puestos, lo que te da un punto extra de alegría e ilusión».

Porque el capitán blanquiazul tiene claro que en el vestuario el objetivo siempre ha sido el ascenso: «No es palabra tabú. Lo decíamos a principio de temporada y ahora no debemos tener vergüenza en repetir que nuestra ilusión es subir. Si no se puede no se podrá, pero venir con esa ilusión no es malo. Si somos humildes y hacemos otras cosas necesarias para subir, no es malo soñar con volver a Primera».