Martin Garitano Periodista
En el punto preciso
Ya estamos en el punto preciso en que pretendía situarnos el gobierno que hizo fracasar la iniciativa de diálogo y negociación más seria y esperanzadora de los últimos años. Ya contamos con un puñado de cualificados dirigentes de la izquierda abertzale entre rejas; ETA ha retomado la vía armada con dos atentados que bien pudieron costar vidas humanas, en Durango y en Bilbo, y lo único que se les ha ocurrido decir a los representantes de Zapatero es que «Batasuna va a terminar mal». Además de amenazar a decenas de militantes de ANV o EHAK, a quien su ministro Bermejo ya ha situado en el punto de mira. ¡Qué poca alforja para tan largo viaje!
El análisis de la situación, aunque frío, es desalentador. Nos encontramos ante un gobierno (el español) que no dudó en jugar al trucamé durante años con el independentismo vasco con el único fin de agotar y dividir a la izquierda abertzale hasta lograr la desintegración de ETA y del proyecto político que defiende la creación de un estado vasco libre en Europa.
El Gobierno español jugó con habilidad de trilero, pero sin la sabiduría del jugador de mus, y la partida terminó cuando el tercero en discordia, el PNV, se puso de forma definitiva en el bando de los negadores de la solución. Está claro que las habas cuentan y entre los dos decidieron tirar patas arriba una mesa de diálogo que tantos esfuerzos había costado construir.
Y hoy, ante los restos humeantes del coche que explotó en Bilbo, la reflexión del Gobierno es tan simple como proclamar que «Batasuna va a terminar mal». La pobreza intelectual del argumento, la débil formación histórica de quien lo esgrime y, sobre todo, la vileza que supone anteponer resultados electorales futuros a sufrimientos que se adivinan incalculables, nos hablan a las claras de la cualidad política y humana de esos con los que nos hemos jugado los cuartos. Se han retratado ellos solos. Han abusado de la buena fe de los vascos y han roto la esperanza. A ellos y sólo a ellos les tocará recomponerla. Cuando llegue la ocasión.