El Museo Guggenheim aporta las claves del desarrollo artístico en EEUU
El Museo Guggenheim inaugura hoy la exposición «Art in the USA. 300 años de innovación», una de las dos grandes muestras anunciadas con motivo del décimo aniversario de la pinacoteca. Repartida por varias salas, propone un recorrido a través de tres siglos, con especial atención a la pintura. Tras su paso por China y Rusia, recala en Bilbo con la incorporación de 75 nuevos préstamos e instalaciones de diversos artistas.
Izaskun LABEAGA | BILBO
«Art in the USA» se presentó por primera vez en el Museo Nacional de Arte de China en Pekín y, simultáneamente, en el Shanghai Museum y en el Shanghai Museum of Contemporary Art. También ha viajado al Museo Estatal Pushkin de Moscú, donde recibió el aplauso de la crítica y gran afluencia de visitantes. Ahora llega a la capital vizcaina ampliada, con un mayor número de obras, entre ellas varias pertenecientes a la colección propia del Museo Guggenheim, como ``Puppy'' o los ``Tulipanes'', ambas de Jeff Koons, o varias piezas de Richard Serra.
El público de Bilbo verá una exposición distinta a la de China o Rusia «porque siempre hemos pensado en quién iba a verla en cada lugar», apuntó ayer Elizabeth Kennedy, de la fundación Terra, que ha comisariado ``Art in the USA'' junto a Thomas Krens y Susan Davidson, de la fundación Guggenheim, y Nancy Mowll Mathews, del Williams College Museum of Art.
Sobre una superficie de 9.000 metros, se exhiben 200 obras de 120 artistas, que ofrecen una visión sobre la evolución del arte norteamericano.
Seis períodos
Así, se han establecido seis secciones, que coinciden con los principales hitos de la historia de los Estados Unidos. Del primer período son las pinturas de la etapa colonial. En este grupo se muestran cuadros fechados entre 1700 y 1830. Algunos lienzos destacados son ``Retrato de una dama con vestido azul'', de John Singleton Copley, y ``George Washington'', de Charles Willson Peale.
Bajo el título ``Expansión & Fragmentación'' se han agrupado lienzos realizados entre 1830 y 1880. Destacan los paisajes, y firmas como las de Edward Hicks, Winslow Homer, Albert Bierstadt, George Caleb Bingham y Thomas Moran.
Mary Cassatt es una de las figuras más relevantes del siguiente espacio, el correspondiente a los comienzos del siglo XX, la época del barco de vapor y del salto del arte norteamericano al escenario internacional. De ella se exhibe ``Verano''. John Singer Sargent, Thomas Eakins, Robert Henri y John Sloan son otros de los nombres reunidos en el capítulo dedicado al ``Cosmopolitismo y Nacionalismo''.
El epígrafe ``Modernidad y Regionalismo'' hace referencia a uno de los momentos más «diversos y contradictorios del arte norteamericano», entre 1915 y 1945. Están representados Ralston Crawford, Thomas Hart Benton y Marsden Hartley, uno de los primeros artistas modernos de EEUU.
``Prosperidad y Desilusión'' abarca 35 años de producción artística, coincidente con el surgir de EEUU como superpotencia. Jackson Pollock, Willem de Kooning y Mark Rothko exhiben estilos muy abstractos y aparecen los artistas pop como Warhol o Lichtenstein. Dan Flavin y Ellsworth Kelly rechazaron la pintura y optaron por estructuras lejanas también de la definición de escultura.
El tramo final se fija en las propuestas más recientes, a partir de 1980. La diversidad de prácticas y la redefinición del arte son dos de las cuestiones que plantean de la mano de artistas como Keith Haring, Eric Fischl o David Salle. La muestra podrá verse hasta el 27 de abril.
La consejera de Cultura del Gobierno de Lakua, Miren Azkarate, reconoció ayer un error en una operación de compra de dólares para adquirir obras de arte del Museo Guggenheim, que supuso una pérdida de seis millones de euros al bajar la cotización de la divisa americana.
Azkarate compareció ayer ante el Parlamento para hablar del informe de legalidad de la adquisición de obras de arte desde 1999 hasta 2005 y la fiscalización de la actividad de la fundación en 2005, realizado por el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas (TVCP). En dicho informe se recogía que entre 2002 y 2003, para el pago de la adquisición de unas obras, se produjo una compra de más de 17 millones de dólares, que supuso una pérdida por las fluctuaciones del cambio de seis millones de euros. La consejera, como miembro de la sociedad tenedora del museo, asumió su responsabilidad en el error de la compra de divisas, que fue asesorada por un consejo integrado por representantes de varias entidades financieras y por «altos ejecutivos del BBVA».
GARA