Raimundo Fitero
Sube y baja
Los martes, mientras «House» se repite, se han convertido en términos globales en una competición de series de producción propia. La primera estatal con «Herederos», Cuatro con «Cuestión de sexo», Tele 5 con «RIS», y Antena 3 llegó con su nueva apuesta «El síndrome de Ulises». En las cuatro propuestas hay un reparto de campanillas. Sin embargo, una mirada panorámica a las cuatro nos sitúa ante una realidad: no dejan de ser productos con muy pocas posibilidades de mantenerse en la parrilla de manera indiscutible. En el mejor de los casos rozan el aprobado. Estas impresiones reciben confirmación estadística en los resultados de audiencias.
Se puede hacer la lectura a partir de los protagonistas, y digamos que el personaje atolondrado, de niño bien que debe meterse a médico de ambulatorio en barrio marginal, interpretado por Miguel Ángel Muñoz, interesó por ser su presentación, pero no aporta excesivas novedades, ni queda claro si el estilo se sitúa en la parodia, si se va a utilizar el cuerpo atlético del protagonista en cada secuencia o se van a desarrollar las líneas argumentales más sociales. El actor da de sí lo que da, y posiblemente recoja públicos adolescentes.
Concha Velasco sí es capaz de mantener una serie, pero la han arropado muy mal, y la historia que se cuenta en «Herederos» huele a naftalina, como si saliera de un fondo de armario y perteneciera a otra época televisiva. La solvencia de la actriz no es suficiente en estos momentos televisivos. Quizás José Coronado sea la expresión máxima de que existiendo los originales no se quiere a los sucedáneos, ni las malas copias. Intentar hacer una serie de policía científica a la española no es nada más que una pérdida de tiempo y de dinero. Y aunque intentan darle un toque estético similar, no llegan, ni los guionistas, ni la realización y mucho menos el plantel de actores.
Más sorprendente puede parecer el bajón de «Cuestión de sexo», con Guillermo Toledo a la cabeza, pero es que no hay casi nada en esta serie. Situaciones reconocibles, mucho deje castizo, unos personajes que retratan a una parte de una generación en auge, pero de una manera muy simplona.