Décimo aniversario del acto de gernika
ELA no confía en los planes de Ibarretxe porque los contradice en el día a día
El secretario general de ELA, José Elorrieta, al cumplirse diez años del acto de Gernika en el que constataron la «defunción» del actual marco estatutario, dijo ayer que la consulta de Ibarretxe «carece de credibilidad y de coherencia».
Agustín GOIKOETXEA | BILBO
El secretario general de ELA, José Elorrieta, cerró ayer un acto celebrado en el teatro Arriaga de Bilbo para conmemorar la declaración de Gernika, en la que la central abertzale constató «la defunción» del marco estatutario en la medida que se le negaba la dimensión social desde el Estado español y porque no se daban las mínimas garantías para desarrollar el autogobierno desde el marco jurídico-político vigente. Allí señaló que la propuesta de consulta del lehendakari Juan José Ibarretxe «está vacía de cualquier coherencia con lo que hace su gobierno día a día».
Elorrieta calificó esta iniciativa de «viaje a la nada, a lo ya conocido». Así, subrayó que «llueve sobre mojado. Llueve sobre compromisos incumplidos. Patina en la pura gestión, hasta tal punto que el deslizamiento en la aceptación de mercancía averiada no tiene precedente. Ni el Partido Socialista se atrevió a tanto cuando estuvo en el Gobierno Vasco», apuntó.
Entre los compromisos políticos incumplidos por Juan José Ibarretxe, el sindicalista recordó el anuncio, en julio de 2002, en la Cámara de Gasteiz, de la asunción unilateral de competencias, deduciéndolas del Cupo, y añadió que en su mensaje de fin de año de 2004 Ibarretxe dijo que sometería el nuevo Estatuto a consulta en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa aunque fuese rechazado por el Parlamento español, lo que tampoco cumplió.
El líder de ELA consideró que lo único que es firme en las fases establecidas por Ibarretxe son las elecciones anticipadas en otoño de 2008, con un Ejecutivo en minoría parlamentaria y consciente de que el acuerdo con el Gobierno español es «inviable». Además, criticó que el tripartito sea incapaz de defender sus competencias. De PNV, EA y EB dijo «que quieren ganar por elevación, cuando en el día a día están dando por bueno un nivel autonómico realmente inaceptable».
En su proclamada apuesta por acumular fuerzas en torno al soberanismo, Elorrieta apostó por un liderazgo institucional, atribuyendo cierta legitimidad a Ibarretxe, aunque aclaró que no cuadra ni con la defensa del autogobierno que hacen «ni con el modelo social que están impulsando, con superávit presupuestarios a pesar de los déficit sociales que tenemos, ni tampoco con cómo se están cambiando desde el poder las reglas de juego para que la mayoría sindical vasca no pueda defender tan siquiera lo que le corresponde».
Ante un millar de delegados de ELA, en el acto celebrado en el Teatro Arriaga bajo el lema «Lizarratik Garazira indarrak biltzeko bidea», incidió en la incoherencia del inquilino de Ajuria Enea al reclamar «reglas democráticas» al Ejecutivo espa- ñol a la vez que las niegan en sus ámbitos de responsabilidad.
José Elorrieta señaló también que las divergencias internas en el PNV, con un «neoestatutismo bien afincado», no ayudan a dar credibilidad a la consulta.
Lizarra-Garazi, el camino
La apuesta de ELA, tal y como la desgranó el secretario general en su alocución, tiene como objetivo la suma de fuerzas políticas y sociales a favor del ámbito vasco de decisión, desde el compromiso y el respeto a lo que cada uno aporta, «también a los intereses y prioridades de cada uno». Elorrieta apostilló que «volver a Lizarra-Garazi no es copiar ni el formato, ni los contenidos, ni el calendario de Lizarra-Garazi. Es reafirmar sin complejos, de manera rotunda, que no hay otra alternativa que la suma soberanista para recorrer la siguiente fase en el proceso de construcción nacional, previa, en todo caso, a la negociación con el Estado, que esperamos que, para entonces, sea algo más civil y democrático que ahora».
Respecto a una de las piedras angulares para la resolución del conflicto político en Euskal Herria, la territorialidad, ELA resalta el concepto de que hay que abordarla «desde una perspectiva integral, pero teniendo en cuenta los puntos de partida desiguales, la correlación de fuerzas que se da en cada ámbito, las prioridades y los ritmos que marcan quienes trabajan sobre el terreno».
En este contexto, la central abertzale se inclina por la consulta a la ciudadanía vasca. «Nosotros creemos en ella; nosotros la defendemos con absoluta convicción. Pero la consulta -añadió el loiuarra- hay que trabajarla antes; la consulta requiere un consenso entre fuerzas políticas y sociales soberanistas: ámbito, contenido, gestión, tiempos... son fundamentales».
El secretario general dejó claro que «no hay atajos» y, además, «no hay ninguna fuerza que pueda imponer por sí sola y unilateralmente una estrategia alternativa». En esta línea, incidió en que para alcanzar esta alianza en clave soberanista «no es posible simultanear lucha armada y proceso de acumulación de fuerzas; no es posible pasar del estatutismo al soberanismo sin cambio estratégico; no es posible hacer políticas neoliberales y conseguir mayorías sociales para un proyecto que tiene que llevar al Estado a una salida democrática».
Echando la vista atrás, y tomando como punto de referencia su declaración del 18 de octubre de 1997, José Elorrieta confesó que se ha avanzado mucho, al socializarse la idea de que la solución del conflicto es igual al respeto del derecho a decidir, aunque dijo que «estamos incluso más atrás» que hace una década. «Estamos en una encrucijada que nos puede llevar a cometer el mismo doble error estratégico que al inicio de la transición: estatutismo o acción armada, como si no hubiese pasado el tiempo, como si no hubiésemos aprendido nada, como si no fuésemos capaces de poder trabajar política, social y culturalmente juntos».
Acusó a ETA de estar «empeñada en negar a los abertzales, a la mayoría de los abertzales, la oportunidad de converger en un proceso soberanista sin su interferencia, sin su violencia. Los abertzales, muchos abertzales -remarcó el secretario general de ELA- nos sentimos las principales víctimas políticas de ETA». Al inicio de su alocución, Elorrieta volvió a exigirle que abandone su acción armada.
«Tal vez nos faltó paciencia; tal vez la madurez y el compromiso necesario para darle al proceso un carácter irreversible, sin vuelta atrás», lamentó Elorrieta en referencia al fallido intento de Lizarra-Garazi.
Tras lo ocurrido en los últimos meses, José Elorrieta subrayó que con el PSOE no es posible avanzar «en la solución democrática del contencioso vasco», y negó así que sea «sólo un problema de oportunidad política». También dijo que la propuesta de Anoeta ha sido una «nueva iniciativa fallida» porque «desde el inicio no tenía recorrido político, ya que subordinar la solución del conflicto armado a la del conflicto político es un error estratégico».
El secretario general de ELA se mostró sorprendido de que «el MLNV participe también de la virtualidad política de la transversalidad -que definió como `veto del Estado'- creyendo o queriendo hacernos creer que es posible llegar a un acuerdo con el PSOE para abordar tanto el ámbito vasco de decisión como la territorialidad. En la transversalidad cabe todo, menos el ámbito vasco de decisión», consideró.
Elorrieta dijo que detrás de esa transversalidad también se encuentra una «incapacidad del mundo abertzale» de hacer autocrítica, «de revisar estrategias y de renunciar a hegemonismos».