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La Unión Europea presiona a China para que baje la cotización del yuan

El próximo viernes los ministros de Economía de la eurozona presentarán una declaración sobre los tipos de cambio en la que se dirigirán con dureza a China por el nivel en que mantiene la cotización de su moneda, el yuan. Con el mismo mensaje viajarán a Pekín el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, y el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet.

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Los estados europeos han comenzado a preocuparse por la fortaleza del euro frente al dólar y por el perjuicio que puede ocasionar a sus exportaciones y, como consecuencia, a su crecimiento económico. En la declaración que preparan los ministros de Economía de la zona euro para presentar ante el G-7 en Washington, se insiste en que los tipos de cambio «deben reflejar los fundamentos económicos» y se alerta de que el «exceso de volatilidad» y los «movimientos desordenados» en los tipos de cambio «no son deseables para el crecimiento económico».

Sobre el caso de China, ya lanzaron la pasada semana otro llamamiento a las autoridades de Pekín para que dejen que su moneda, el yuan, se revalúe. De esta forma, se suman a las presiones de Washington sobre las autoridades chinas para que reorienten su política monetaria.

China ha mantenido su moneda prácticamente en una situación de paridad con el dólar. El pasado mes de julio revaluó el yuan un 2% frente al billete verde, pero ligó su valor a una cesta de divisas que permite una mínima fluctuación. Un gesto simbólico ante las fuertes presiones desde Washington, que ve amenazas en las exportaciones de productos chinos más baratos, y que ya sufre un déficit comercial enorme.

El déficit alcanza los 136.817 millones de dólares hasta agosto. Para transmitir un mensaje similar al estadounidense, el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, y el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, viajarán a Pekín antes de finales de año. «En las economías emergentes con grandes superávits por cuenta corriente que siguen ampliándose, especialmente en China, es deseable que sus tipos de cambio efectivos se muevan para que se produzcan los ajustes necesarios», señala la declaración pactada por los 13 países que comparten la moneda única. Sobre el dólar, los ministros se limitan en cambio a señalar que «toman nota con gran atención que las autoridades de Estados Unidos han reafirmado que un dólar fuerte interesa a la economía norteamericana».

Discrepancias

Todo apunta a que la escasa contundencia de este mensaje se debe a las diferencias entre los estados miembros, ya que mientras el Estado francés lleva varios meses protestando por el euro fuerte, Alemania no comparte esta opinión.

En cuanto al yen, el Eurogrupo constató de nuevo que «la economía japonesa se encuentra en una vía de recuperación sostenible. Esta evolución debería ser reconocida por los participantes del mercado e incorporarse a sus análisis de riesgos. Los mercados deberían ser conscientes de los riesgos de las apuestas en una sola dirección».

Los ministros de Economía se comprometieron a seguir vigilando de cerca los mercados de tipos de cambio y recalcaron que la zona euro «está cumpliendo con su papel» para reducir los desequilibrios económicos internacionales mediante la puesta en marcha de reformas estructurales.

Estos movimientos se producen a la vez que París se enfrenta al BCE y reclama un debate sobre la fortaleza del euro. Trichet ha reclamado a los estados europeos «disciplilna verbal» y que los gobiernos manifiesten una posición única. Aun así, el secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Jean-Pierre Jouyet, afirmó que «la disciplina verbal no excluye el diálogo inteligente en el plano económico».

París se ha mostrado en los últimos meses particularmente beligerante con la política del BCE, al que culpa de haber agravado la fuerte evaluación del euro frente al dólar y a otras divisas, lo que deteriora la competitividad exterior de las empresas de los países de la moneda única europea.

De la misma forma, desde Alemania, el experto económico Peter Bofinger, miembro del Consejo Asesor del gobierno conocido como los «Cinco Sabios», ha exhortado a los países de la eurozona a plantearse una intervención en el mercado de divisas, para evitar que la fortaleza del euro estrangule el crecimiento económico. Para Bofinger, el BCE no es la única autoridad válida en la política de divisas y la actual evolución negativa del tipo de cambio del euro «no debe tomarse como un fenómeno natural, que hay que observar paralizados aterrados y sin poder intervenir».

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La estrategia de presión del Eurogrupo coincide con la de Washington, que ve una amenaza en las exportaciones de productos chinos más baratos y que ya sufre un déficit comercial de más de 136.817 millones de dólares.

EL EURO A DEBATE
¿El problema es Asia o la menor competitividad de EEUU?

El presidente del BCE, Jean Claude Trichet, cree que la cotización del yuan «debería reflejar los fundamentos de una economía en crecimiento y con superávit por cuenta corriente» como la china. La UE sigue así la postura de EEUU, que cree que un yuan fuerte perjudica a su economía debido a que facilita las exportaciones chinas, aumenta el paro y agudiza un desequilibrio comercial que, en el caso estadounidense, ya alcanza los 856.000 dólares y aumenta a un ritmo de 10.000 millones al mes. No parecen ajenas a estas presiones las trabas a las exportaciones chinas que en las últimas semanas surgen bajo argumentos de falta de seguridad en ciertos productos.

Pero mirar hacia Asia puede ser un chivo expiatorio para no fijarse en la menor competitividad estadounidense. No está tan claro que un yuan fuerte ayude a blindar los mercados de EEUU ya que, si no entran productos chinos lo harán de otros países asiáticos. Además, las exportaciones chinas en realidad no se basan ya tanto en productos baratos como en otros más ligados a la tecnología. Finalmente, muchos de los productos made in China proceden de alguna de las 50.000 multinacionales estadounidenses que se han instalado en el país asiático. Por otro lado, un yuan fuerte podría facilitar la compra de empresas estadounidenses por parte de compañías chinas.

EEUU cuenta con otro riesgo. China es actualmente, tras Japón, el país que acumula un mayor volumen de bonos del tesoro de EEUU. Si decide diversificar sus reservas de divisas podría poner en un grave aprieto la economía estadounidense. GARA

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