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Naciones sin Estado exigen reformas en las instituciones internacionales

Una decena de delegaciones ha participado en la VII Conferencia de Naciones sin Estado de Europa, en la que han concluido que «sólo defendiendo y ejercitando los derechos humanos individuales y colectivos de los pueblos» se podrá construir «la convivencia y la paz».

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Representantes de los Països Catalans, Galicia, Bretaña, Escocia, Corsica, Occitania, Gales, Cornwall, Sardinia, Friuli y Euskal Herria se han reunido en Sant Vicent (Valle d'Aosta), donde se ha celebrado este fin de semana la VII Asamblea de la Conferencia de Naciones sin Estado de Europa (CONSEU).

La delegación vasca estuvo compuesta, entre otros, por Markel Arizmendi, de Udalbiltza, Koldo Gorostiaga, en representación de Herrien Eskubideen Ikasgunea Sortzen, y Julen Arzuaga, del Observatorio de Derechos Humanos Behatokia.

El contenido de los debates se ha centrado en la necesidad de la reforma de las instituciones internacionales para que se atienda la demanda de defensa de los derechos colectivos de los pueblos. Como ponente -entre otros, Xosé Manuel Beiras de la Fundación Galiza Sempre; Diegu Corraine de UNESCO Sardinia; el abogado bretón Ian Coucq; o la diputada escocesa Roseanne Cunningham- participó Julen Arzuaga, quien en su intervención abordó la experiencia vasca en las instituciones de Derechos Humanos de Naciones Unidas, remarcando los resultados positivos que se han obtenido en el ámbito de los derechos individuales (denuncia de la tortura, de la vulneración de derechos políticos como la libertad de expresión, de las medidas antiterroristas excepcionales o de la falta de independencia del poder judicial...). Arzuaga, sin embargo, también denunció «la escandalosa falta de procedimientos y mecanismos para la defensa de los derechos colectivos, en especial del derecho de autodeterminación».

A modo de ejemplo, tras recordar la iniciativa por la que Udalbiltza presentó 7.000 peticiones firmadas por ciudadanos y ciudadanas de Euskal Herria que demandaban el reconocimiento de la nacionalidad vasca ante la oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, criticó que «los estados no quieren permitir un debate abierto sobre esta materia, lo que nos obliga a exigir una reforma de las instituciones internacionales para que se dé viabilidad al reconocimiento de los derechos de los pueblos y naciones de Europa y del mundo».

Mecanismos de participación

En las conclusiones de la conferencia, que finalizó ayer, se recoge que «uno de los problemas más importantes y urgentes por resolver es el relativo a la representatividad democrática de las instituciones internacionales en manos de los estados, y de los escasos mecanismos de participación de los actores que constituyen la razón de ser de estas instituciones: las personas y los pueblos».

En el texto se subraya que «la CONSEU, surgida en 1985, mantiene la vitalidad para formar una red de contacto, información recíproca de solidaridad y como grupo de presión internacional a favor de los derechos de las naciones». Además, en el documento de conclusiones se constata que «solamente defendiendo y ejercitanlo los derechos humanos individuales y colectivos de los pueblos podremos construir la convivencia y la paz. No hay otra vía».

Solidaridad

La conferencia ha estado marcada por la solidaridad generada ante los últimos acontecimientos represivos de Euskal Herria y, en especial, por la detención de los miembros de la Mesa Nacional de Batasuna.

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