Los fotógrafos obtuvieron ayer en Gasteiz una imagen nada fácil de conseguir en los últimos tiempos: representantes de todas las centrales sindicales con representación en Araba (ELA, UGT, CCOO, LAB, ESK, STEE-EILAS, CGT, USO, HIRU y UAGA) se sentaron en una misma mesa para apoyar una reclamación muy concreta: el cierre inmediato de la central nuclear de Garoña. Esta unanimidad ha propiciado que la campaña lanzada por la iniciativa Araba sin Garoña para conseguir el apoyo de, al menos, un centenar de comités de empresa del herrialde se haya cubierto en apenas quince días.

En este tiempo récord, los trabajadores de empresas tan significativas como Mercedes, Michelín, Cegasa, Naipes Fournier, Laminaciones Arregi y Caja Vital (entre muchas otras), y de instituciones como el Gobierno de Lakua, la Diputación de Araba y el Ayuntamiento de Gasteiz han respaldado un texto en el que, textualmente, reclama «el cierre de la central nuclear de Garoña» e insta al Gobierno español, al Gobierno de la CAV y a la Diputación de Araba, «en la medida de sus competencias, a dar los pasos oportunos poniendo los medios pertinentes para proceder a su cierre en el más breve plazo de tiempo posible».

Los sindicatos, en su comparecencia de ayer en Gasteiz, afirmaron que «la central nuclear de Garoña no es necesaria para asegurar el abastecimiento energético, ni por supuesto el desarrollo económico. Sólo se justifica por el interés usurero de sus dos empresas propietarias: Iberdrola y Endesa».

Además, consideran que «el mejor plan económico para Araba es eliminar el riesgo que supone mantener en funcionamiento esta peligrosa y obsoleta central nuclear de primera generación, única ya en funcionamiento de sus características en el Estado español» «Sólo su cierre puede garantizar la salud de trabajadores y trabajadoras, de la población en general y asegurar nuestro futuro», sostienen.

Las centrales sindicales demandaron a la Diputación «el cumplimiento del acuerdo alcanzado en las Juntas Generales de Araba en el sentido de realizar un estudio socio-económico de la zona de influencia de la central para paliar los posibles efectos negativos sobre el empleo que su cierre definitivo pudiera acarrear».

Promesas sin cumplir

Alberto Frías, portavoz del colectivo ecologista Eguzki y de la iniciativa Araba Sin Garoña, recordó ayer que «hay un compromiso electoral específico del PSOE en la última campaña electoral de cerrar esta central de primera generación, la última que queda en el estado».

Frías se refirió a la posibilidad de que se esté negociando una prórroga de la explotación de la central a Nuclenor, y advirtió de que esto supondría un «pucherazo» al incumplir la promesa de cierre y «condenar» unos años más al peligro nuclear que supone esta central.