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Las amenazas turcas logran encender todas las luces rojas en Bagdad

Las luces de alarma se han encendido en el Gobierno del Irak ocupado, por lo que Ankara da por cumplido uno de sus objetivos al amenazar con una incursión contra Kurdistán Sur. La preocupación crece pareja entre la población kurda. Paralelamente a los movimientos diplomáticos de Bagdad, que pide auxilio a EEUU, Ankara ha iniciado contactos diplomáticos con las principales cancillerías árabes.

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El Gobierno del Irak ocupado enviará a Ankara una delegación de alto nivel tras las amenazas de Turquía de cruzar la frontera y llevar a cabo una operación de castigo contra la guerrilla del PKK en Kurdistán Sur, actualmente Irak. El Ejecutivo dirigido por el chiíta Nuri al-Maliki tomó esta decisión en una reunión de urgencia.

De avanzadilla, el vicepresidente iraquí, el sunita Tarek al-Hachemi, viajó ayer a Turquía a entrevistarse con el primer ministro, Recep Tayip Erdogan, y con el presidente turco, Abdullah Gul, ambos sunitas y dirigentes de la formación islamista «moderada» AKP, en el poder.

El propio Erdogan instó ayer al Gobierno iraquí y a los dirigentes de Kurdistán Sur «a tomar una posición clara. La dirección central iraquí y la de la región autónoma del norte de Irak (en referencia a esta parte del Kurdistán) deben erigir un muro entre ellos y la organización terrorista», en alusión a la guerrilla del PKK.

«Turquía está al borde de la paciencia por culpa de los que les animan y protegen (al PKK)», añadió el jefe del Gobierno turco, quien justificó una incursión al otro lado de la frontera como un acto de «legítima defensa»

Al-Maliki se sacude la crisis

En un intento de sacudirse la presión directa de Ankara, Nuri al-Maliki apeló a que el diferendo sea solucionado «en el cuadro de negociaciones bajo la égida de EEUU».

Más aún, el primer ministro de Bagdad aseguró que «los gobiernos iraquí y turco deberían cooperar para combatir el terrorismo y las organizaciones terroristas prohibidas», un claro intento de cargar la responsabilidad al Gobierno kurdo, encargado de la seguridad en la zona.

Al-Maliki tiene, no obstante, un problema en casa. En función del reparto de cargos atendiendo a la distribución étnica y religiosa impuesto por los ocupantes de Irak, el actual presidente es kurdo, concretamente el líder del UPK Jalal Talabani.

Ankara asegura que 3.500 guerrilleros del PKK, en lucha armada por los derechos del pueblo kurdo contra Turquía desde 1984, tienen su refugio en Kurdistán Sur y que son apoyados por sus hermanos kurdos, a los que acusan de suministrarles incluso armas y explosivos.

Cuatro bases turcas

Un responsable del Gobierno kurdo recordó que el Ejército turco dispone de cuatro bases en su territorio desde 1997, en virtud de un acuerdo con el actual presidente de ese Ejecutivo «autónomo», en la práctica soberano, Massud Barzani.

Barzani, líder del PDK, fue apoyado por Ankara en su guerra contra el UPK de Talabani, en un claro ejemplo de la política del «divide y vencerás».

Esta fuente cifra en 600 los soldados turcos, además de 150 blindados y carros, acantonados en Kurdistán Sur, concretamente en bases en Bamerni, Amerli, Kanimesi y Chiladeza.

Los vecinos de este área, al oeste de la ciudad de Dohuk, elevan la cifra a 1.500 y no ocultan su temor al Ejército turco y su ira por el hecho de que se les pemita seguir allí.

Turquía mantiene reivindicaciones históricas sobre esta zona y cuenta incluso con la minoría turcomana iraquí como quinta columna.

El Parlamento de Ankara tiene previsto aprobar hoy la autorización al Ejército turco para la anunciada operación.

Paralelamente, y según anunciaba ayer la prensa turca, el ministro de Exteriores, Ali Babacan, sale hoy con destino a Egipto y a Líbano en un intento de limitar la posible reacción de los países árabes a una eventual incursión en Kurdistán Sur.

A última hora de ayer llegó de visita a Ankara el presidente de Siria, Bachar al-Assad.

La diáspora armenia en Europa, más movilizada que nunca

Los armenios en Europa, reunidos en una convención en Bruselas, saludaron los pasos del Congreso de EEUU para reconocer el genocidio cometido contra su pueblo, y evalúan incrementar su presión sobre la UE en plenas negociaciones para la futura adhesión de Turquía.

Recibidos en el Parlamento de la UE, agradecieron a la Cámara una resolución en el mismo sentido, pero adoptada hace ya 21 años. «Aquella votación fue precursora de la verdad, una verdad para cada vez más estados, ayer Francia y mañana esperamos que EEUU», aseguró Joel Mickaelian, presidente de la Iglesia Evangélica armenia en el Estado francés. El arzobispo de la Iglesia Armenia en ese Estado, Norvan Zakarian, juzgó «inquietantes» y «reveladoras» las apelaciones del Gobierno de EEUU a que no sería el momento oportuno para un voto en el Congreso. «Ayer fueron los armenios, hoy la población de Darfur, mañana, quién sabe... ¿Qué esperamos de Europa? Que siga defendiendo los derechos humanos, vigilante e intransigente frente a los estados que tocan su puerta», añadió.

El ministro de Exteriores armenio, Vartan Oskanian, urgió a Turquía a seguir el ejemplo de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Similar paralelismo hizo Hilda Tchoboian, presidenta de la Federación euro-armenia, que aseguró que Europa se construyó «a partir del reconocimiento del genocidio judío y la transformación profunda de la política alemana».

Turquía volvió a advertir con represalias ante una eventual votación en el Congreso de EEUU, que estudia un plan B alternativo al suministro de sus tropas ocupantes en Irak. GARA

atentado

Un soldado turco murió ayer al explotar un mina al paso de un convoy militar que peinaba una zona montañosa en la provincia de Bingol, en Kurdistán Norte. El atentado fue atribuido a la guerrilla del PKK.

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