Los países ribereños del Caspio apoyan a Irán
Irán obtuvo ayer un importante éxito diplomático al lograr que los cinco países ribereños del mar Caspio suscribieran en Teherán una declaración en la que proclaman su derecho a desarrollar un programa nuclear de carácter pacífico pese a la presión occidental.
GARA |
Irán recibió ayer el apoyo implícito de los países de orillas del Caspio, especialmente de Rusia, para poder desarrollar su programa nuclear, en el marco de una declaración con la que se clausuró una cumbre regional.
Los cinco países situados a orillas del mar Caspio (Azerbaiyán, Irán, Kazajistán, Rusia y Turkmenistán) se reunieron ayer en Teherán, donde apoyaron «el derecho de todos los países miembros del Tratado de No Proliferación Nuclear de desarrollar las investigaciones, la producción y la utilización de la energía nuclear con fines pacíficos, sin discriminación, en el marco de este tratado y de los mecanismos de la OIEA», el Organismo Internacional de la Energía Atómica, según destaca la declaración aprobada ayer en la capital iraní.
El presidente ruso, Vladimir Putin, incidió en este punto en la conferencia de prensa realizada tras la firma de la declaración, destacando que «las actividades nucleares pacíficas deben ser autorizadas».
Irán ha sido objeto de dos series de sanciones por parte del Consejo de Seguridad de la ONU -ambas fueron aprobadas con los votos de Rusia-, debido a su rechazo a suspender el enriquecimiento de uranio.
Moscú, que nunca ha ocultado su oposición a un incremento de las sanciones contra Teherán, está adoptando una postura cada vez más divergente respecto a Occidente en esta cuestión.
El documento suscrito ayer en Teherán añade que los participantes en la conferencia no autorizarán a terceros el uso de su territorio para un eventual ataque contra Irán.
Este punto es especialmente importante para Irán, que temía que EEUU pudiera usar Azerbaiyán para atacarle, pese a que el presidente azerí, Ilham Aliev, había descartado rotundamente esta posibilidad.
El presidente iraní Mahmud Ahmadineyad subrayó que la declaración de Teherán recoge «la posición unánime de todos los países a orillas del Caspio sobre el hecho de que únicamente sus navíos y sus fuerzas militares tienen autorización para desplegarse en este mar».
Putin ya se manifestó el lunes en Alemania a favor de tener paciencia con Irán, mientras que la semana pasada señaló a su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, que no disponía de «informaciones que señalen que Irán aspire a producir armas nucleares».
Desacuerdo sobre el mar
La unanimidad lograda en la cuestión del programa nuclear iraní, el uso del Caspio, en cambio, suscitó enfrentamientos importantes.
Por un lado, Irán y Turkmenistán defienden que el Caspio es un lago, por lo que reclaman que se divida en cinco zonas de influencia iguales para cada uno de los países ribereños.
Frente a ellos, los otros tres países destacan que el Caspio es un mar y que, por tanto, la participación en estas zonas de influencia estaría determinada por la longitud de las costas de cada país.
Teherán y Achjabad reprochan a sus otros tres socios haber comenzado la explotación de recursos de hidrocarburos antes de haber alcanzado un acuerdo.
«Para Turkmenistán, la práctica de acciones unilaterales para los trabajos petrolíferos sin un acuerdo de todas las partes es algo inaceptable», señaló el presidente turkmeno, Gurbanguly Berdymujamedov.
Putin, en cambio, propuso «no estar esperando un acuerdo final sobre el estatus del Caspio para rubricar un reparto de la explotación de los fondos».
Kazajistán se quejó del reparto de la pesca del esturión para caviar entre Irán y Rusia.
La declaración suscrita ayer en Teherán y el apoyo explícito por parte de Rusia suponen un importante éxito diplomático para Irán ante la ofensiva occidental contra el desarrollo de su programa nuclear.