Osalde denuncia la descapitalización de Osakidetza en favor de la privada
La Asociación por el Derecho a la Salud, Osalde, y los sindicatos CCOO, UGT, LAB, SATSE y ESK presentaron ayer en Bilbo un documento conjunto sobre la situación de la sanidad vasca que dibuja un preocupante panorama. Estos agentes sociales denuncian que los responsables de Lakua priman la sanidad privada en detrimento de Osakidetza, con cuyos fondos las multinacionales del sector realizan un gran negocio.
GARA |
José Luis Uria, responsable de comunicación de Osalde, denunció ayer la «descapitalización que sufre Osakidetza por la creciente tendencia, «imparable y sin control», de la Consejería de Sanidad por la política de concertación con el sector privado para disminuir las listas de espera. Uria, acompañado por representantes sindicales, presentó en una rueda de prensa un informe conjunto que defiende la sanidad pública de la CAV, que «no funciona mal», pero que arrastra graves problemas de gestión que han provocado un «malestar profundo» entre los profesionales y los trabajadores de Osakidetza.
Uno de los capítulos más llamativos y preocupantes del documento, explicó Uria, es el negocio que a costa de la sanidad pública están haciendo las multinacionales del sector.
El portavoz de Osalde afirmó que «hay una operación financiera en el sector privado sin precedentes en Euskadi» y el departamento de Sanidad, por la vía de los conciertos con la red privada para reducir las listas de espera, «está colaborando con la capitalización del sector privado y con la descapitalización del sector público».
Mati Iturralde, de LAB, indicó al margen de la rueda de prensa que esta tendencia ha sufrido un acelerón sin precedentes desde el comienzo de la presente legislatura, con la llegada a la consejería de Gabriel Inclán.
Uria denunció que la concertación con el sector privado ha supuesto la asignación en cuatro meses de más de 15.000 pacientes y ha provocado que se haya facilitado a los médicos implicados en este sistema talones de recetas del sistema público «sin ningún control».
En la misma línea, el documento critica a la consejería de Sanidad por el acuerdo alcanzado con el Sindicato Médico de Euskadi, una organización menor que «no representa a la mayoría de los médicos», pero que «tiene importantes intereses en la sanidad privada».
Entretanto, Iturralde opinó que parte de las críticas realizadas sobre Osakidetza en los últimos tiempos tienen una clara intención, al «animar a la gente para que se inscriba en mutuas privadas porque el sistema público no puede atender a todos los ciudadanos».
«Malestar profundo»
Uria también indicó que «es obvio que hay un malestar profundo entre los profesionales y trabajadores de Osakidetza, y no es un tema de dinero, ni de que algunos estén mal y otros estén bien», sino que, a su juicio, se trata de un tendencia «profunda y mayoritaria» que responde «al malestar de problemas organizativos profundos que se han hecho mal y que no se reconocen desde el Departamento de Sanidad».
Uria indicó que «hay problemas de visión amplios en el sector en la planificación de los recursos humanos, materiales y financieros», y que éstos «no se reconocen por la Dirección General de Osakidetza». «Nuestra impresión es que el proceso de negociación y de toma de decisiones en el sector en los últimos años es profundamente verticalizado» añadió .
Uria afirmó que Osakidetza «no funciona mal, pero que podría funcionar mejor», y que, además, «se encuentra entre los mejores sistemas de salud en el ámbito del Estado español y de Europa». «Múltiples datos e indicadores así lo señalan, pero corre el peligro de la no inversión, la mala gestión, burocratización y políticas de salud inadecuadas», indicó.
Por otro lado, el estudio señala que es necesario elevar al menos dos puntos el porcentaje del PIB dedicado a la sanidad pública, porque si no, «las políticas sociales podrían ser un fracaso». «Es conveniente un cambio en los métodos de gestión y en la organización del trabajo en Osakidetza. Es necesario no hacer seguidismo de los intereses de la medicina privada, de la industria de la tecnología médica y de las empresas farmacéuticas», declaró Uria.
El portavoz de Osalde afirmó que «hay una operación financiera en el sector privado sin precedentes en Euskadi», y Lakua está «colaborando con la capitalización del sector privado y con la descapitalización del sector público».
Mati Iturralde, del sindicato LAB, abogó por el reforzamiento del sistema sanitario público, «porque es la única forma de garantizar el derecho de todos los ciudadanos a la asistencia médica», y para que la «salud no sea un negocio».
Los sindicatos ELA, SATSE, LAB, CCOO, UGT, ESK y UTESE han convocado para hoy concentraciones de 15 minutos en todos los centros de Osakidetza para mostrar su rechazo a la postura de la dirección del Servicio de salud en las negociaciones laborales. Las movilizaciones se celebrarán en nueve hospitales de Bizkaia y cuatro en Gipuzkoa y Araba, así como en los centros de atención primaria. Los sindicatos convocaron estas movilizaciones hace una semana en una comparecencia conjunta en la que denunciaron la falta de voluntad negociadora de Lakua y rechazaron sus intentos de «poner en nuestra contra a la opinión pública». Aseguraron que las demandas de los trabajadores no son salariales, sino que lo que reclaman es una mejora general de las condiciones de trabajo. Los sindicatos advirtieron al consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, de que están dispuestos a movilizarse y anunciaron que no descartan la convocatoria de huelgas.