«Houston, parece que no hay problema»
Pintaban bastos. Los problemas baskonistas, unidos a la victoria del Madrí ante los torontonteros Raptors, desataban los peores augurios. «Perdemos mínimo por diez fijo», decía algún agorero. Para cuando ETB conectó -sin comentarios-, el vendaval ya se había desatado en Zurbano y zarandeaba a los porompomperos.
Se me hizo raro no ver a Scola y Felipón repartiéndose mandobles. Pero mientras en Gasteiz parece que se pueden ahorrar el «Houston, tenemos un problema», el lumbago de Reyes hace impepinable el «levántate y anda» de Lazaros, a quien, al parecer, que su Papadopoulos no le entre en la espalda hace que Bullock y compañía no reparen en sus siete pies. Splitter, por contra, se puso las botas. Bien oxigenado por McDonald, la amenaza de Teletovic desde el triple hace que el brasileño tenga espacios para demostrar que ha llegado su hora. Poderoso Mickeal, al que jugar con cuatro abiertos le viene como anillo al dedo -y no es una metáfora NBA- y agradable sorpresa Linton Johnson III, que aparcó su pseudoaristocrático apelativo -estos brothas...- y su pedigrí pross para fajarse y hacer de un Singleton que, encomiable, hace equipo desde la banda.
Rako se resarció de su -6 en Girona -pelín ansioso el killer-. Vidal parece recuperado de sus lesiones y aporta aún más físico en la rotación. Prigioni estuvo, simplemente, magistral y tuvo tiempo para arreglar el desaguisado que organizó Planinic. Es curioso que los peores, con diferencia, fueran los dos que han compartido vestuario con Spahija. Porque lo de Jasaitis mosquea, y mucho. Aunque los dos de mosqueo fueron para los irascibles Mumbrú y Hervelle, amén de para un impresentable Joan Plaza que activó el ventilador. Mientras, Teletovic, bestial, machacaba el +23.
Esto no ha hecho más que empezar, pero tiene buena pinta. Eso parece.