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Elias Khoury: «A la gente no le gusta hablar de la memoria de la tragedia»

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GARA | BARCELONA

El escritor libanés Elias Khoury, uno de los autores árabes más reconocidos, opinó ayer en Barcelona que a la gente «no le gusta hablar de la memoria de la tragedia», lo que no ha impedido que él haya podido armar la novela «Bab-al-Chams» a partir de testimonios de refugiados palestinos.

Traducida al catalán como «La cova del sol» (Club editor), Khoury viajó hasta la ciudad condal para presentar esta obra, que ya se ha traducido a diez idiomas, entre ellos el hebreo, y que es como un gran calidoscopio de vidas truncadas a raíz de la expulsión de miles de palestinos de Galilea en 1948. Acompañado por la editora Maria Bohigas, el novelista explicó en rueda de prensa que empezó a madurar este título cuando, a los 19 años, en 1967, visitó por primera vez un campo de refugiados palestinos y quedó tan impresionado que empezó a implicarse en la causa palestina y a trabajar como investigador de esta problemática.

Amor y refugiados

A la vez este sociólogo de formación, señaló que desde siempre quiso escribir una historia de amor, pero no fue hasta 1998 cuando puso, finalmente, el hilo en la aguja y construyó «Bab-al-Chams», que tiene como conductores a Jonás y a su esposa Nahila, con su particular relación de amor, a la vez que incluye otras historias de personas refugiadas. A pesar de que se trata de una novela, Khoury no se olvida en ningún momento de las decenas de hombres y mujeres de los campos de Burj Al-Barajne, Chatila, Mar Iliás y Ein Al-Heluá que a lo largo de siete años le prestaron su ayuda y le contaron sus historias personales y familiares. «Descubrí -prosiguió- la música de la lengua hablada y esto me permitió entrar en sus sentimientos».

Literatura militante

Literatura militante, según la expresión de Bohigas, «La cova del sol» es también el reflejo de una memoria colectiva e hija, en su estilo, de «Las mil y una noches».

Para Khoury, como en los cuentos protagonizados por Sherezade, aquí «los lectores pueden añadir historias, pueden eliminar otras, quedando siempre el libro inacabado». A la pregunta de si la memoria de aquellos que fueron desplazados todavía permanece viva en la actualidad, el escritor respondió que cree que sí, pero advirtió de que «no puedes vivir sólo en la memoria, porque la vida, finalmente, es cómo organizas el olvido».

Respecto a la acogida del libro en Israel -país al que nunca ha podido viajar por su condición de libanés- dijo que sabe que tuvo una excelente recepción en círculos intelectuales de izquierda e incluso en Estados Unidos algunos israelíes con los que coincidió hace un tiempo le dijeron que gracias a su libro «habían descubierto su pasado, porque creían que los palestinos marcharon de sus tierras por propia voluntad».

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