Una trayectoria que pone a PNV y PSOE ante su espejo
Hasta Imaz habla de ANV como «sigla histórica cargada de heroísmo». Pero ha hecho más: introdujo en el abertzalismo conceptos modernos como el derecho de autodeterminación y lo apartó del racismo. EAE-ANV compartió con el PSOE trinchera, lucha por el Estatuto e incluso listas electorales. Pero ahora éste le niega el diálogo y hasta le amenaza con la ilegalización.
Ramón SOLA
Se pueden contar con los dedos de las manos los congresos realizados por EAE-ANV a lo largo de sus casi ocho décadas de vida, más de la mitad recorridas en la clandestinidad, bajo la bota franquista. El dato prueba las dificultades atravesadas por el partido ekintzale para asentarse y convertirse en formación política de masas. Sin embargo, la sombra de su influencia ha sido muchísimo más alargada que su presencia real. Y también la legitimidad alcanzada en el trayecto, con los 550 gudaris fa- llecidos en la guerra del 36 y el principio omnipresente de «lehenengo aberria eta gero alderdia».
En las últimas semanas lo han reconocido así portavoces de PNV y PSOE, dos partidos que llevan tiempo obviando -cuando no despre- ciando- a ANV. Hasta Josu Jon Imaz, nada sospechoso de simpatías con la izquierda abertzale, lo definía en el pasado Alderdi Eguna como «una sigla histórica llena de dignidad y heroísmo». Más que curioso viniendo de alguien que nunca ha aceptado reunirse con ANV, ni siquiera cuando se le pidió oficialmente a la secretaria de su EBB.
El secretario general ekintzale, Antxon Gómez, destaca que la aportación oculta de EAE-ANV no sólo se ha limitado al ejemplo heróico en la lucha contra el fascismo y el nazismo. «Cuando Imaz dice que hay que modernizar el nacionalismo, se olvida de algo. ANV hizo eso hace 77 años, cuando dijo fuera a los pactos con la Corona, los derechos históricos, el señorío de Bizkaia... porque lo único que vale en la etapa moderna es el derecho de autodeterminación, que es lo que piensa la ciudadanía en este momento histórico. Y lo modernizó también cuando rompió con el racismo del PNV y dijo que vasco es todo aquél que quiera ser vasco, sin tener en cuenta su origen. Eso ocurrió en un momento en que el PNV seguía pidiendo apellidos para entrar en el partido», añade.
¿Y el PSOE? EAE-ANV no sólo compartió con socialistas trinchera en el 36, sino también las iniciativas por el Estatuto durante toda la II República e incluso candidaturas electorales como el Bloque Antimonárquico de 1931 o el Frente Popular de 1936. El I Congreso ekintzale, en aquel mismo año, definió al partido como socialista, según narra Eduardo Renobales en ``ANV, el otro nacionalismo''. Pero no sólo son viejas historias. Dirigentes del PSE de Gipuzkoa se reunieron con ANV no hace mucho, y constataron la conveniencia de seguir hablando.
Ahora, el PSOE hace bandera del no-diálogo y blande sobre el histórico partido abertzale la espada de Damocles de la ilegalización. El PNV toma las concejalías y alcaldías vetadas por los tribunales españoles, en una reedición de su tradicional «sólo JEL». Y ANV no termina de ver en lehendakaris como Ibarretxe al sucesor del José Antonio Aguirre cuyo retrato aún «preside» simbólicamente algunas de sus reuniones.
EAE-ANV está donde siempre estuvo. Esa es la diferencia.