La artista donostiarra Maider López (1975) es una de las ponentes que participará en las jornadas que acoge a partir de hoy el palacio de Montehermoso. El programa dirigido por la comisaria gasteiztarra Nekane Aramburu pretende ahondar en la formación, la profesionalización y la producción del arte.

Espectador-participante

Las conferencias, abiertas al público, comienzan hoy de la mano del comisario y crítico de arte José Luis Marzo, bajo el título «Diagnosis y escaneo de la historia reciente y actual de los centros para la producción y formación de artistas en el Estado español»; e «Historia y funcionamiento del Pavillon del Palais de Tokio», impartida por Christian Merlhiot, codirector de esta célula pedagógica.

Mañana será el turno del profesor del Instituto Nacional de Buenos Aires, Esteban Álvarez; y posteriormente hará su intervención la donostiarra Maider López en calidad de artista, con la que se darán por clausuradas las jornadas.

Maider López titula su charla «Repaso de la experiencia de una artista entre residencias y becas» y a través de ella planteará un recorrido conceptual sobre su trabajo. «Contaré en qué sentido están vinculadas y han tenido efecto mis pautas en residencias y becas, en New York, en Londres o Rotterdam en mi trabajo -explica la joven a GARA-. Realizaré un recorrido conceptual en el que se reparará en la figura del espectador en mi trabajo, que siempre ha sido muy importante, y en cómo ha cambiado hasta el punto en que se ha convertido en participante». Las últimas intervenciones y producciones de López constatan esa figura del espectador-participante. Algunos de los ejemplos son el proyecto «AdosAdos» o la muestra colectiva «Chacun à son goût» del Guggenheim, en la que participa junto a otros artistas vascos.

Otro de los casos en los que la artista ha jugado con el espacio y el espectador es dentro de «La noche blanca», que se celebró en Madrid. Según explica López, se sintió «muy contenta» formando parte de este proyecto.

«En dos pequeñas plazas de la ciudad situé 366 sillas de camping. Estos lugares no tienen un espacio prediseñado, sino que son como dos pequeños trozos robados a la ciudad. Así que era la propia gente la que generaba el diseño; si venía una cuadrilla de 20 amigos y se sentaba en un círculo grande o si venía alguien solo y se sentaba aparte -describe la artista donostiarra-. Por lo tanto, lo que yo propuse fue un espacio que en su propio uso generara el diseño, lo que hace que la plaza estuviera en constante uso».

Si bien las jornadas parten de la idea de que actualmente los artistas emergentes se ven en la necesidad de «refugiarse en becas, ayudas o másteres (...) para desarrollar su trabajo en el contexto profesional», Maider puntualiza esa reflexión. «Se están viviendo tiempos en los que puede que la actividad comercial del arte no se corresponda con la actividad real -indica-, por lo que es posible que en ese salto que existe entre estas dos situaciones hace que aparezca la beca, las ayudas, o las residencias para que faciliten la labor del artista».

Emiratos Árabes Unidos

Sin embargo, la donostiarra entiende su recorrido artístico más allá de tener «exclusivamente» una beca. «Hay muchas vías para un artista y yo vivo de todas ellas -dice-. Seguramente no sabes cuál ha sido mi última beca pero, sin embargo, sí que conoces mi último proyecto. Por eso no me considero una persona que vive de becas». La artista tratará más este tema mañana.

Próximamente, Maider López inaugurará una nueva intervención en los Emiratos Árabes Unidos. «Será en un espacio público en Saharja, donde voy a pintar un campo de fútbol en una plaza; por lo que una farola queda en el área, un banco en medio... Se trata de unir dos cosas sin saber cuál va primero y ver cómo se transforma el mobiliario».