Con «Los Totenwakers», que llegará a las salas españolas el próximo día 30, víspera de Haloween, Geraldine Chaplin estrena su quinta película del año, una intensa actividad profesional que atribuye a que es la única actriz de su edad que aún no se ha quitado las arrugas, por lo que le llaman «sobre todo para los papeles de abuela; de abuela buena, de abuela asesina», incluso ahora está rodando «Diario de una ninfómana», en la que dice que hace de «abuela de la ninfómana».

En esta ocasión, la actriz da vida a la señora Salgado, una misteriosa casera de un antiguo edificio al que se traslada la familia López y donde, desde el principio, empiezan a suceder cosas muy extrañas.

Sara, la pequeña de la familia y que encarna la joven actriz Elisa Drebben, comienza a ver fantasmas -uno de ellos es Terele Pávez- de antiguos inquilinos del edificio que han muerto, aparentemente, en condiciones muy similares.

Sin dobles

«Por primera vez en mi vida, después de 120 películas, he aceptado trabajar porque me apasionaba el papel, me encantaba sobre todo la idea de tener que pelearme con fantasmas en una escena», explicó la actriz californiana durante la presentación de la cinta ayer en Madrid.

De hecho, el propio Ibon Cormenzana confesó que el día que tuvo que rodar la escena de esa pelea con fantasmas con Chaplin les «daba un poco de reparo explicarle a Geraldine que había que arrastrarla varios metros por un pasillo, aunque cuando lo supo se mostró encantada y no quería dobles».

A pesar de ser una película «de aventuras» para todos los públicos, aunque especialmente para el público infantil, «Los Tontenwakers» es, en esencia, una historia sobre la muerte «tratada desde un punto de vista infantil», explicó el director, que piensa que, lejos de asustar, la muerte «es algo que fascina a todos los niños».

Precisamente es una niña la protagonista de esta historia, y que rueda muchas de las escenas junto a Geraldine Chaplin, quien confesó que detesta trabajar con niños, pero que en esta ocasión ha sido distinto «porque Elisa es una niña que lleva el cine en la sangre y recuerda mucho a Ana Torrent».

El director también reconoce la dificultad de grabar con niños, «pues se cansan antes que los mayores y constantemente hay que motivarles durante los rodajes», aunque esta vez se ha mostrado muy satisfecho con los pequeños del filme «porque entre los (tres) niños de la película hubo muy buena química, a pesar de que uno de ellos es inglés -Jasper Harris- y no hablaba nada de español».