Los sindicatos ELA, SATSE, LAB, CCOO, UGT, ESK, UTESE y SAE explicaron ayer en un comunicado que con las concentraciones de ayer en los hospitales y centros de salud finaliza «la primera etapa» de protestas por «el cierre unilateral de la negociación colectiva», al tiempo que se mostraron «satisfechos» con la participación en las movilizaciones realizadas los días 17 y 23 de este mes.

Asimismo, advirtieron de que si Osakidetza «sigue manteniendo su postura de ruptura del diálogo», realizarán un paro de tres horas para el próximo día 15 de noviembre. De este modo, anunciaron que «si no hay negociación habrá movilización» y consideraron que su «obligación» es «dar respuestas a la desilusión y el enfado de todos los colectivos y de todo el personal en su conjunto».

Las centrales realizaron un llamamiento a todo el personal del sector «a secundar las movilizaciones que pudieran convocarse a favor de una negociación real con contenidos y que dé solución a las reivindicaciones".

Así, consideraron que «es momento de desbloquear el conflicto», para lo que instaron a «sentarse en la mesa de negociación con propuestas en positivo y sobre todo, con ánimo de alcanzar acuerdos, que reflejen una verdadera mejora en las condiciones de trabajo».

«Este es el talante y la actitud con la que antes y ahora queremos trabajar quienes representamos al 90% del personal», señalaron los sindicatos.

«Nos volvemos a poner a disposición de Osakidetza, para que se siente a negociar con honestidad y con el mismo respeto que a nosotros nos merecen aquellos a los que representamos», anunciaron.

Según indicaron, las protestas se han llevado a cabo por «la imposición de un decreto de condiciones de trabajo en el sector», por lo que solicitaron a Osakidetza «que reflexione, ya que no puede seguir enrocada en el uso del no diálogo, cuando sabe que en estos momentos tiene la necesidad y la obligación de hacer frente a los problemas concretos de todas y todos sus trabajadores». Además, explicaron que los trabajadores «están hartos de los comportamientos inmaduros y descalificatorios de su labor» y de la falta de reconocimiento a sus funciones, al tiempo que defendieron que los sindicatos «no están dispuestos a asumir sin más una política de hechos consumados, donde se da por agotado el tiempo de la negociación».

A las críticas de ayer de los sindicatos, habría que unir las realizadas el pasado día 16 por Osalde para completar la radiografía de Osakidetza, que Lakua no comparte.

Osalde denunció la «descapitalización» que sufre Osakidetza por la creciente tendencia, «imparable y sin control» por la política de concertación con el sector privado para disminuir las listas de espera en favor de centros privados.

«Referencia mundial»

Sin embargo, el lehendakari Ibarretxe no piensa lo mismo, tras decir ayer en Donostia que se sentía «orgulloso» de Osakidetza y rechazar las críticas «que se hacen de manera destructiva trasladando a la sociedad vasca una pérdida de credibilidad que no se tiene», ya que en su opinión, el sistema sanitario de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa «es un sistema de referencia en Europa y en el mundo», además de un «proyecto estratégico» para las instituciones regionales.