El primer programa de gobierno del Ejecutivo norirlandés fue presentado ayer conjuntamente por el primer ministro, el unionista Ian Paisley, y el viceprimer ministro, el republicano Martin McGuinness. Paisley apuntó a que el programa demuestra que «el Ejecutivo puede trabajar unido en el interés de toda nuestra gente», mientras que McGuinness destacó que el programa presenta un «cambio enorme» con relación a las políticas implementadas desde Londres.

Este es un plan ambicioso que incluye la creación de 6.500 puestos de trabajo. Durante los próximos diez años, un presupuesto de 18.000 millones de libras esterlinas -unos 26.000 millones de euros- permitirá el desarrollo de proyectos claves para la economía norirlandesa. El ministro de Finanzas, Peter Robinson, manifestó que el presupuesto se financiará con la venta de bienes públicos y una partida mayor de los impuestos recaudados en el norte de Irlanda.

En los próximos cinco años, una inversión de más de 700 millones de libras se dedicará a la regeneración de aquellas comunidades que han sufrido la marginalización que acarreó el conflicto norirlandés.

Otra de las áreas que centrará la inversión del Ejecutivo es la de alfabetización y adecuación de adultos a las necesidades del mercado laboral, particularmente en el área de informática -que marcó el despegue de la economía de la República irlandesa- para 2015. Se planea, así mismo, una reestructuración ministerial y municipal que concluirá en 2011.

Entre las promesas del Gobierno norirlandés se incluyen un plan de cuatro años para la mejora de las comunicaciones de cercanías en los alrededores de Belfast, la construcción de 10.000 viviendas sociales en los próximos cinco años y el incremento de la productividad hasta llegar a la mitad de la media de Inglaterra para 2015.

Además, y siguiendo la estela de la República irlandesa, otras de las áreas en las que se centrará la inversión del Ejecutivo de Stormont será en lograr un incremento en el número de turistas.

En los primeros tres años del programa de Gobierno se calcula una inversión de 8.000 millones de euros y un incremento de un 25% en los gastos en infraestructuras sobre los tres años de gobierno directo de Londres.