Raffinerie du Midi cesará su actividad en el puerto de Baiona a finales de año
El rumor de cierre que circulaba desde hace tiempo se ha confirmado, el depósito de combustible situado en el recinto del puerto de Baina cerrará sus puertas en diciembre. La noticia satisface a quienes reclamaban su traslado y, no tanto, a los gestores del puerto.
A.M.|
Hace tiempo que se oían voces sobre el posible cierre de la Raffinerie du Midi, situada en el recinto portuario de Baiona pero en suelo del término municipal de Bokale.
Ha sido, precisamente, el concejal socialista y consejero general del cantón, Christophe Martin, quien ha dado la noticia, sin esconder su satisfacción por la decisión del cierre, que se hará efectiva para finales de año.
El depósito de hidrocarburos está clasificado como de alto riesto (Seveso II) y diversas asociaciones de vecinos, ecologistas, instituciones y electos, clamaban por su traslado por el riesgo que conllevaba para la población, al encontrarse muy próxima a zonas urbanas habitadas. La principal razón del cierre, sin embargo, no parece encontrarse únicamente en esas demandas, sino en que la empresa Shell, principal accionista de Raffinerie du Midi, ha abandonado su parte en la empresa.
Desde que se aprobó la ley sobre prevención de riesgos en 2003, el depósito se vió obligado a tomar medidas de seguridad más estrictas para garantizar el control y la seguridad del lugar y de la actividad.
Con ese fin, en junio pasado se creó una comisión específica de concertación en la que participaron diversos organismos, representantes de asociaciones medioambientales, de vecinos, expertos y electos.
Satisfacción matizada
Martin, que participó en el debate público exigiendo el traslado del depósito, ha matizado, no obstante, su alegría porque el cierre conlleva que 450.000 toneladas de hidrocarburos que transitaban por el puerto lo harán, en adelante, por vía terrestre lo que aumentará el número de camiones con productos peligrosos en la carretera.
Jean-Marie Berckmans, presidente de la Cámara de Comercio e Industria que gestiona el puerto, coincide con él y, aun reconociendo que el cierre era «inevitable», ha calificado de «extremadamente negativas» sus consecuencias: «El transporte de combustible que se realizaba hasta ahora por vía marítima lo hará por carretera, ya que se llevarán a depósitos de Burdeos. Eso supone que la totalidad, es decir 80.000 camiones cargados con combustible, y no la mitad como hasta ahora circularán por nuestras carreteras».
Berkmans, ha apelado a los responsables políticos a que encuentren un sitio adaptado para implantar un nuevo depósito en la región, que pueda garantizar que el transporte de la totalidad de los hidrocarburos se haga por vía marítima.
El cierre conllevará la pérdida de 8 puestos de trabajo y del 10% del tráfico anual del puerto pero, sobre todo, duplicará el número de camiones cargados de combustible ya que en adelante el stock de hidrocarburos se situará en Burdeos.