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EEUU repite con Irán un guión que desembocó en la invasión de Irak

Un día después de que llegara, hecho inédito, a incluir en su «lista de grupos terroristas» al Ejército de otro país, la Casa Blanca trata de negar lo evidente: que sus nuevas medidas y sanciones responden a un plan preestablecido. Un plan que contaría ya con que esas sanciones no serán eficaces y que anticipa ya sus nefastas consecuencias. La gestión por parte de EEUU de la crisis con Irán es calcada a la que desembocó, hace más de cuatro años, en la invasión de Irak.

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La Administración Bush rechazó ayer cualquier tipo de paralelismo entre su gestión de la crisis con la República Islámica de Irán y la que desembocó en la invasión y ocupación del Irak de Saddam Hussein en 2003.

Tony Fratto, portavoz de la Casa Blanca, desmintió las similitudes, evidentes tras analizar las declaraciones, tanto entonces como ahora, del presidente, George W. Bush, y de sus principales espadas. Pese a negar la mayor, Fratto insistió en que «no descartamos jamás ninguna opción», incluyendo la militar.

Un día después de que la Casa Blanca anunciara nuevas sanciones económicas contra Irán y de que, hecho insólito en la historia, se permitiera incluir en su «lista de grupos terroristas» al Ejército iraní, concretamente a los Guardianes de la Revolución y a otras secciones militares, Fratto recordó que «nosotros tomamos todas las medidas bilaterales a nuestro alcance y que pueden ser eficaces».

Ineficaces y peligrosas

Una eficacia de la que dudan los analistas, habida cuenta de las reticencias de otras potencias.

«Soy escéptico sobre su impacto. EEUU, unilateralmente, tiene pocos medios para presionar a un Estado Islámico rico en petróleo, sobre su economía o sobre sus Fuerzas Armadas», asegura Alex Vatanka, redactor de la revista Jane´s. Este analista sostiene que «para forzar un cambio en la actitud de Irán, hay que ofrecerle algo y yo aquí veo el palo pero no zanahoria».

Washington no oculta su frustración por las reticencias de Rusia y de China a una tercera resolución contra Irán. Y, precisamente, estas nuevas sanciones unilaterales podrían dar vía libre a Beijing, gran consumidora de petróleo iraní, para extender su influencia en la región.

La eficacia de las sanciones depende, en gran medida, del apoyo de aliados europeos como el Estado Francés y Alemania, pero también de Rusia y China, que tienen lazos políticos y financieros más estrechos con Teherán. Beijing mostró ayer su oposición a las nuevas sanciones que, a su juicio, no hacen sino complicar la situación.

El nuevo jefe negociador iraní, Saïd Jalili, auguró que las sanciones no tendrán efecto alguno. «Hace 28 años que sufrimos sanciones», recordó, en referencia a las que les impuso Estados Unidos tras el triunfo de la revolución islamista y el derrocamiento de su aliado, el Shah Reza Phalevi.

«Estas sanciones no harán sino aislar a EEUU en la escena internacional», vaticinó a su regreso de una visita a Bruselas.

No falta, no obstante, quien augura que la imposición de estos castigos podría formar parte de un guión previo por parte de Wasgington. «Si los iraníes siguen en sus trece, la Administración Bush podría utilizarlo como pretexto para decir que las sanciones no han surtido efecto y que la opción militar es la única viable», estima Manucher Dorraj, de la Texas Christian University.

El comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria (cuerpo de élite con 125.000 efectivos), Mohamed Ali Jafari, minimizó las amenazas de EEUU aunque advirtió de que Irán responderá con fuerza a cualquier agresión.

Carag On, experto en Washington del Centro por el control de las armas y la no proliferación, advirtió de que las sanciones podrían reforzar la posición del presidente iraní, Mahmud Ahmedinejad. Coincidió en esta tesis la opositora iraní y premio Nobel de la Paz 2003, Shirin Ebadi.

El predecesor de Säid Jalili en el cargo, Ali Larijani, se remitió al acuerdo de colaboración vigente firmado entre Irán y la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA). «Los occidentales hacen como si no hubiera diferencia alguna cuando Irán coopera con la AIEA. Si siguen así, deberán esperar un cambio de actitud por parte de Irán», advirtió este influyente político.

Dos crisis y un mismo discurso

IRÁN

IRAK

«Tienen que saber que, si mantienen la política actual, sufrirán graves consecuencias» (Cheney, 21 de octubre de 2007)

«Si queréis evitar la Tercera Guerra Mundial, deberíamos evitar que puedan fabricar una bomba atómica» (Bush, 17 de octubre de 2007)

«Nuestra inteligencia concluye que, con unas asistencia extranjera continua, Irán podría desarrollar antes de 2015 un misil balístico internacional capaz de alcanzar a EEUU y a toda Europa» (Bush, 23 de octubre de 2007)

«Mi posición no ha cambiado. Todas las opciones están sobre la mesa» (Bush, 19 de junio de 2007)

«Si Irak prosigue violando sus obligaciones se expone a graves consecuencias» (Resolución 1.441 del Consejo de Seguridad 2002)

«No podemos esperar a la prueba final (...) que podría llegar bajo la forma de un hongo nuclear» (Bush, 7 de octubre de 2002)

«La posesión por Irak de armas de destrucción masiva y sus lazos con los terroristas, así como la presencia de misiles balísticos amenazaría la paz y la seguridad de muchos países» (Bush, 16 de octubre de 2002)

«Todas las opciones están sobre la mesa»

(Bush, 13 de marzo de 2003, un año antes de la invasión)

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