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«Vivimos en un mundo tan degradado que la revolución sigue siendo necesaria»

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Alberto San Juan

Actor

Alberto San Juan (Madrid, 1968) es el Marqués de Sade en «Marat Sade», la última obra de Animalario que se representa hoy, por segunda vez, en el Teatro Arriaga, dentro del festival BAD. Solidario, combativo e inquieto, el actor se muestra convencido de que hay cambiar radicalmente la sociedad y apuesta por un teatro y un cine de compromiso.

Karolina ALMAGIA | BILBO

Cuando en 1997 el público conoció a Alberto San Juan en la taquillera «Airbag», el actor madrileño llevaba ya un tiempo en el teatro como miembro fundador de Animalario. Eso fue después de ser periodista y antes de protagonizar un montón de películas más, entre ellas «Horas de luz», donde encarnaba al preso FIES Juan Garfia, la comedia «Los dos lados de la cama» o la ópera prima del navarro Félix Viscarret «Bajo las estrellas,.

En «Marat Sade», versión de Alfonso Sastre sobre la obra de Peter Weiss, Animalario lleva a escena, con dirección de Andrés Lima y en coproducción del Centro Dramático Nacional, un debate sobre la revolución y sus métodos. Se trata de un gran montaje con veinte personas en escena, música en directo y mucha acción.

¿Cuál es la cuestión en `Marat Sade'?

La obra transcurre en la época actual, en un manicomio donde los locos montan una obra de teatro sobre la Revolución Francesa. El Marqués de Sade y Marat comparten la idea de transformar la sociedad, insostenible por su injusticia social y por lo represivo, pero difieren en los métodos. Marat defiende la lucha armada y la guillotina y Sade defiende el diálogo.

El concepto revolución parece estar desprestigiado en los últimos tiempos.

Sí, pero yo creo que injustamente, así como está injustamente desprestigiado el ideario comunista en su conjunto. Ciertamente, todas las experiencias revolucionarias de la historia han terminado degenerando en un sistema violento de una u otra manera, así como son violentos los sistemas que nos gobiernan. El Gobierno de Estados Unidos es bélico, terrorista y genocida, como lo es el de Rusia o el de China. La Unión Europea tiene un rostro menos sangriento, pero colabora igualmente con esos gobiernos. Vivimos en un mundo tan degradado que la revolución entendida como una transformación en profundidad sigue siendo necesaria; lo que ha quedado demostrado es que la lucha armada no sirve para transformar nada, sólo sirve para repetir la violencia que dice combatir.

¿Cómo reivindicar entonces la idea de la revolución?

Pues una forma es desligarla de la violencia, porque una revolución no tiene porque ser sangrienta, también se puede hacer revolución en nuestra forma de relacionarnos y convivir. Hay que cambiar esta sociedad porque el valor de la vida humana está desplazado por el valor de la propiedad, porque una buena parte del planeta tiene que morir para intentar comer. Sólo eso ya exige un cambio radical. Hay que conseguir una sociedad más justa e igualitaria, donde no haya hambre ni miseria, ni represión moral y afectiva. En esta obra se cuestiona el papel predominante de los ejércitos, la existencia de la monarquía, el patriotismo como algo por encima de la vida humana.

¿Cómo era el Marqués de Sade?

Era un revolucionario, un hombre que cuestionaba radicalmente las normas morales de su momento y la falta de libertad y lo hacía a través de unos escritos que son pura provocación, ya que si te los tomas literalmente pueden ser demenciales. Yo creo que era un pensador radical y coherente.

¿Cuál es el papel de Animalario en el teatro actual?

Animalario observa el mundo en el que vivimos y lo cuestiona. No partimos de una cuestión ideológica, sino sentimental. Hablamos de lo que sentimos y siempre el tema es por qué el hombre se relaciona a través de la violencia y no del afecto.

¿Cómo fue su paso por el periodismo?

Muy gratificante, la verdad. Si no fuera actor, hubiera sido periodista porque me encanta el oficio. Sólo que no hay ningún periódico ni ninguna empresa de comunicación en donde me apetezca trabajar. Los periódicos nacionales que conozco no me gustan nada.

¿Qué sentó peor al PP: la que se montó en la Gala de los Goya que dirigió Animalario con el `No a la guerra', o el montaje `La boda de Alejandro y Ana'?

La Gala de los Goya, por supuesto. Pero eso no fue responsabilidad nuestra. Fue algo muy bonito, fue una reacción espontánea de mucha gente distinta que lo único que tenían en común era que trabajaban en el cine.

¿Sufrieron después represalias?

Hay comunidades como Valencia o Murcia donde no nos contratan a raíz de aquello. Y en la gira de `La boda de Alejandro y Ana' hubo ayuntamientos que se negaron a contratarnos, pese a ser propuestos por los programadores.

¿Cómo ve el papel de la izquierda en el Estado español?

Vivimos en un mundo capitalista donde no hay mucho lugar para la izquierda. Creo que el PSOE tiene una sensibilidad social que el PP no tiene en absoluto y el PP es tan de derechas, tan extremo, que consigue que el PSOE parezca de izquierdas a su lado. Lo que más se acerca a la izquierda es IU, pero tampoco se aclaran. Yo siempre he votado a Izquierda Unida, porque soy partidario de votar aún no identifándome con ningún partido.

¿Qué le sucede al cine español?

No estoy muy al día de la situación de la industria cinematográfica española, pero sé que tenemos que ser mucho más exigentes con nosotros mismos a la hora de contar historias, no por una cuestión de taquilla, sino de compromiso con ese camino artístico que es el cine.

 
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