En diversas ocasiones este mes, Etxerat ha dado cuenta de la situación que afrontan doce presos y presas políticas vascas aquejadas de enfermedades crónicas e incurables. Esta circunstancia fue ayer el objetivo central de las movilizaciones que, como cada último viernes ayer se multiplicaron hasta reunir a 8.231 personas según los datos de Etxerat. En Gasteiz, Mahatsondora unió a casi 1.000 y realizó un buen número de actividades que tenían muy presente la situación de Gotzone López de Luzuriaga, que padece cáncer de mama y espera tratamiento.

En el comunicado con el que concluyeron las movilizaciones del último viernes, Etxerat denuncia que «los gobiernos francés y español siguen jugando con las vidas de nuestros familiares y también con las nuestras», añadiendo que, además, «lo hacen con toda impunidad: creando enfermedades graves e incurables; aplicando medidas criminales que buscan la muerte de nuestros seres queridos; no poniendo en libertad a quienes han cumplido las condenas; el aislamiento, la lejanía, la desasistencia médica...». Estas medidas, aseguran los familiares, les golpean también a ellos, «fuertemente además», por los largos viajes, los accidentes o «la sangría económica». A todo ello añaden que muchas personas, «debido a la gran distancia impuesta por la política de dispersión», llevan muchos años sin ver a sus familiares presos.

Para acabar con ello, Etxerat hizo un llamamiento a «poner fin a todo esto, mediante la presión de la gente de este país, reuniendo e impulsando los compromisos de quienes quieren poner fin a esta realidad más que inquietante». Y, añade, «hemos de potenciar todas aquellas dinámicas locales en defensa de los derechos de los represaliados políticos vascos contra toda esa impunidad.

En una de las movilizaciones, la celebrada en Zizur Nagusia, la Guardia Civil hizo acto de presencia con dos Nissan Patrol para identificar a los presentes y llevarse la pancarta.

Hubo protestas de trabajadores y alumnos por la mañana en Azpeitia, Arrasate y Debate, y 20 personas salieron a la calle también en la ikastola de Deba.

Gasteiz, Donostia, Txantrea

Por otro lado, Joseba Imanol Kortazar abandonó anteyar la prisión de Soto del Real, tras depositar sus allegados la fianza de 6.000 euros impuesta por el juez Baltasar Garzón.

A medianoche llegó al Casco Viejo de Gasteiz, donde medio centenar de personas le saludaron con un aurresku y el «Eusko Gudariak».

Ayer, además, a mediodía una veintena de delegados de LAB se concentraron en Donostia «contra la dispersión y en favor del estatus político». Y hoy habrá una manifestación en la Txantrea (Plaza Ezkaba, 18.00) para denunciar los últimos ataques represivos que han afectado a sus vecinos Arantza Santesteban -encarcelada tras la redada de Segura-, Oskar Bizkai -detenido y luego liberado en la redada centrada en Garazi- y Unai Redín -que deberá volver a prisión tras la primera sentencia por los «arrestos preventivos»-.

Alumnos del instituto Eunate de Donibane, en Iruñea, han denunciado además que la Policía Municipal boicoteó la concentración del jueves. Aseguraron que les fotografiaron y se llevaron la pancarta con expresiones como «a ver quién quiere ir a la Audiencia Nacional, a Madrid».