La UPV-EHU ha presentado un plan estratégico lleno de buenas intenciones y en el que presenta algunos proyectos interesantes. Destaca entre ellos la intención de dar un fuerte impulso a la investigación. El plan ha sido apoyado por la mayoría del Consejo de Gobierno de esa Universidad.

El verdadero problema de ese plan es que la UPV-EHU sigue siendo un apéndice más del sistema universitario español y que plantea su desarrollo dentro de los parámetros establecidos por Madrid. Es cierto que el equipo rectoral que dirige Juan Ignacio Pérez pretende superar los límites del marco universitario español y que para ello está inpulsando una liberalización de la universidad que tiene como modelo el sistema norteamericano. Eso implica, entre otras cosas, mayor «flexibilidad», aportación empresarial y especialización en los ámbitos laborales, académicos y económicos. Todos conocemos los efectos que la aplicación de esos valores tienen en otros ámbitos de nuestra sociedad.

La UPV-EHU debe, principalmente, responder a su naturaleza pública y ayudar a conformar un sistema universitario vasco, en el que una de las asignaturas pendientes sigue siendo el euskera.