Prórroga de actividad para la mina de laminoria
Más espacio y más tiempo para comerse el monte
La mina de Laminoria ocupa ya una importante porción de los montes del valle del mismo nombre, donde, poco a poco, el bosque va dando paso al desierto. La empresa que la explota tramita ahora las autorizaciones pertinentes para seguir haciéndolo otros 30 años.
Txotxe ANDUEZA
La empresa Echasa (Eusebio Echave SA), que explota la mina de Laminoria en la Cuadrilla arabarra de Mendialdea, ha iniciado los trámites de prórroga de la concesión que, para un periodo de diez años, le fue concedida en 1977 por la Dirección de Minas española. Su intención es explotar durante los próximos treinta años unas porciones de terreno que, en su conjunto, tienen una extensión similar a lo actuado hasta ahora, divididas en tres «frentes»: Laminoria, Zikujano y Kapildui.
Para obtener ese permiso, deberían conseguir el cambio de las Normas Subsidiarias del municipio de Arraia-Maeztu, que actualmente no permiten la actividad extractiva en algunas zonas que la empresa pretende explotar en el futuro. Echasa ha iniciado ya los trámites para ello, y en este momento, hasta mediados de este mes, son los concejos afectados, el Ayuntamiento, los grupos ecologistas... quienes tienen la palabra.
Los responsables de la explotación están haciendo un gran esfuerzo por llegar a todos los vecinos con su propia versión sobre la incidencia que la explotación y su ampliación tienen en la zona. Sin embargo, tanto Echasa como, sobre todo, las muchas instituciones implicadas, están limitando toda su información a los vecinos, instituciones y organismos que pueden verse afectados de manera directa. Mientras tanto, el silencio en los medios de comunicación y en las propias instancias de debate de las instituciones está siendo absoluto, a pesar de que algunos de los documentos que se están barajando en la tramitación de la petición de prórroga de explotación datan de diciembre del pasado año.
Responsabilidades dispersas
Sobre la mina de Laminoria tienen responsabilidad tantas administraciones y tantos departamentos dentro de cada una de esas administraciones, que no sólo es complicado seguir la pista al estado en que se encuentran las tramitaciones en curso, sino que lo más fácil para la empresa es saltarse parte de las obligaciones.
Lo más posible es que, entre otras cosas por esa dispersión de responsabilidades, durante muchos años esa mina haya estado funcionando en una especie de limbo legal, al menos en lo que a las instituciones provinciales y locales se refiere. De hecho, si bien Echasa empezó su actividad en la década de los 50, en el Decreto de la Diputación alavesa que concede a esta empresa el permiso para la utilización de monte público «con fines de extracción de productos canterables», se remite al año 1971 como fecha de inicio de la explotación minera.
Esta explotación afecta a los siguientes términos municipales y entidades locales: Arraia-Maeztu, Burgelu, Dulantzi, Iruraiz-Gauna, Donemiliaga, Arluzea-Markinez, Parzonería de Entzia, Harana, Kanpezu, Bernedo, Zanbrana, Urizaharra, Laño, Pipaon y Lagran en Araba, así como al municipio de Trebiñu, administrativamente correspondiente a la provincia de Burgos.
Como actividad minera, es responsabilidad directa de la Dirección de Minas del Gobierno de Lakua, que también es responsable de cuidar la faceta medioambiental de esta actividad. Además, distintos departamentos de la Diputación Foral de Araba están directamente afectados, así como los ayuntamientos y concejos de las zonas ocupadas o directamente afectadas por la mina y sus servidumbres.
Una auténtica maraña de despachos entre los que, sin embargo, no parece que haya una opinión especialmente reacia a una explotación que causa grandes impactos en el entorno natural y humano. De hecho, no hay noticia de autorización de nuevas canteras de este tipo en los últimos años, mientras que, dadas las protestas que suelen despertar estas explotaciones, parece que la apuesta de las administraciones vascas en la actualidad pasa por las extracciones bajo tierra y la ampliación de las minas ya existentes. Este es el caso de la instalada en el valle de Laminoria.
Fabrica de arena
Esta cantera explota la arena silícea -además de la caliza y la arcilla-, que posteriormente es vendida para su utilización en el sector de la construcción, así como en la limpieza de fachadas a chorro o en la fabricación de vidrios, entre otras aplicaciones.
Un recorrido por los bordes de la explotación permite adivinar sobre el terreno las fases que dan inicio al proceso productivo: desbroce de vegetación (centenares de árboles yacen en el suelo); arranque de la cobertura de tierra vegetal (el verde desaparece y el color ocre se adueña de la zona); voladuras (el terreno que rodea la zona ya desprovista de vegetación se encuentra repleto de grandes pedruscos que han salido despedidos por las voladuras, lo que hace que la zona realmente afectada sea siempre muy superior a la que está sufriendo la acción directa de las máquinas)...
La Diputación arabarra concedió a la empresa fundada por Eusebio Echave permiso para utilizar alrededor de 310 Has. de terreno en el valle de Laminoria. Aunque no se conoce la dimensión de lo actuado hasta ahora, algunos vecinos consideran que Echasa ha podido consumir ya cerca de las 300 hectáreas. Y ahora pretenden la ampliación en diversas porciones de terreno que abarcan una superficie similar a la ya utilizada hasta la actualidad.
Ante la proximidad del fin del primer periodo de concesión de treinta años, Echasa inició la petición de prórroga por treinta años ante el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Lakua.
Preguntado sobre la situación de esta explotación, el Departamento de Industria de Lakua, del que depende la Dirección de Energía y Minas, se limitó a confirmar que la concesionaria de la mina «ha presentado para el siguiente periodo un Proyecto de Explotación, con su correspondiente Plan de Restauración, habiendo sido éstos valorados favorablemente por la Dirección de Energía y Minas, y estando en curso la tramitación de la Evaluación de Impacto Ambiental sobre el Estudio de Impacto del Frente Laminoria, ya presentado por la concesionaria ante el Departamento de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio».
Cambio de Normas Subsidiarias
Para entonces, el Departamento de Medio Ambiente había presentado su informe, en el que recuerda a la empresa que parte importante de los terrenos afectados por las nuevas zonas extractivas en Arraia-Maeztu «están clasificados como suelo no urbanizable y clasificados como zona de especial protección». Por su parte, la Dirección de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Araba asegura que «el planteamiento urbanístico de los municipios de Arraia-Maeztu y Bernedo protege estrictamente las zonas afectables por su extraordinaria calidad y fragilidad ecológica y paisajística, no siendo autorizable la actividad extractiva en la mayor parte del terreno en el que se solicita la concesión minera». En efecto, la zona solicitada en Kapildui está dentro del parque natural de Izki, y parte de la de Zekuiano forma parte de Entzia, Lugar de Interes Comu- nitario para la Red Natura 2000.
Por lo tanto, concluyen Diputación y Gobierno de Lakua, sería necesaria la modificación de las Normas Subsidiarias de los municipios afectados.
La empresa concesionaria no parece dispuesta a retroceder ante las dificultades, así que ha iniciado ya el proceso necesario para que el Ayuntamiento de Arraia-Maeztu levante las protecciones especiales que establece en sus Normas Subsidiarias sobre el terreno que quiere explotar. El plazo para la presentación de consideraciones por parte de los afectados finaliza en dos semanas. Un periodo en el que algunos vecinos, el Concejo del Valle de Laminoria y los grupos ecologistas están preparando sus escritos.
Aunque la poca población, el dinero que Echasa paga por el desarrollo de su actividad y los contratos que atan a algunos vecinos al destino de la explotación minera dificultan la resistencia, la empresa está echando el resto y por una vez haciendo ver que le importa la opinión de los vecinos.
Decada de los 50
En el documento entregado a los afectados para consulta sobre la prórroga se sitúa en esas fechas el inicio de los trabajos de excavación por parte de Echasa.
1977
La Dirección General de Minas otorga a la empresa la concesión de explotación de la zona extractiva denominada `Esther', por 30 años renovables en dos periodos iguales.
8 febrero 2005
La Diputación Foral de Araba aprueba la ocupación con fines de extracción de productos canterables de dos superficies de monte público en Laminoria y Arbozu.
23 mayo 2005
Las Juntas Generales de Araba exigen la elaboración de un informe anual sobre la cantera de Laminoria y el cumplimiento de la obligación de recuperar la zona.
15 noviembre
Vecinos, concejos, ayuntamientos, ecologistas... tienen un mes para presentar sus consideraciones sobre el cambio de Normas Subsidiarias y la prórroga de la concesión.
2037
Si se autoriza ahora la prórroga, la empresa que explota la cantera tendrá aún la posibilidad de continuar los trabajos por un último periodo de treinta años.
En algunas de las carreteras se están proponiendo modificaciones que, aunque nadie quiere unir a la mina, sólo pueden entenderse como servidumbres de la explotación. En el Paso de los Pocilones (Leortza), el daño ecológico y paisajístico sería importante.
Se hace difícil describir el espectáculo que se esconde en medio de los frondosos bosques y los numerosos altos del valle de Laminoria. El tráfico de camiones de gran tonelaje recorriendo a toda velocidad las vías de acceso a las excavaciones anuncia en parte el desastre. La vista de la maquinaria que produce las arenas para su venta causa un fuerte impacto y anuncia la dimensión de lo que, unos metros más allá, podrá verse casi en toda su magnitud. En medio de los colores que el otoño pinta en esos bosques, una gran herida de tierra árida. El paisaje cambia, y mucho; desaparecen montes de los que los vecinos excursionistas conocen por sus nombres. «Desaparece la tierra y millones de metros cúbicos de materiales que sirven para filtrar y retener agua», denuncian. Desaparece, antes, la cubierta vegetal. «Y cuando llueve violentamente se produce el arrastre de material y, por ser un terreno árido, sin cubierta vegetal, con pendientes prolongadas arrastra gran cantidad de material que va a parar a los ríos». Son unas 12.000 toneladas diarias las que se llevan unos quinientos camiones que cada día entran vacíos y salen llenos de la cantera. Los grandes desniveles que se observan en el terreno que está en fase de excavación, que en algunos casos será de unos 100 metros de altura, hace imaginarse a un gran roedor que va comiéndose poco a poco las montañas, dejando las huellas de unos dientes gigantescos donde antes había suaves lomas cubiertas de hayas, robles, orquídeas... y en las que hasta hace bien poco vivían algunos animales que han debido cambiar de morada. En las pocas zonas que han empezado a recuperar, una ligera capa vegetal cubre las lomas reconstruidas con las arenas sobrantes. En ellas, algunos retoños pelean por sobrevivir. Y la visión sigue siendo desoladora, cuando se compara con la riqueza del monte que no ha sido destruido por las máquinas.
La zona ocupada por la mina de Laminoria podría dar cabida al futuro vertedero de Gasteiz, toda vez que el de Gardelegi está casi al límite de su capacidad. Los accesos existentes y las tareas que Echasa realiza en Gardelegi han disparado la extensión de este rumor.