Raimundo Fitero
De memoria
El rey de la comedia» es un acto aplazado. Este programa ya lo habíamos visto hace unos cuantos años. Se llamaba de otra manera, lo presentaban otros, pero el esquema y el objetivo era el mismo. O muy parecido. Hace reír, buscar a nuevos cómicos para poblar los platós. Es más, sigue en «Paramount Comedy» algo similar, con otro formato. Por eso no entendemos como puede presentar TVE como novedad algo que es tan conocido, que pertenece al género de lo ya visto. Y además, en todos los sentidos.
Aseguraría que la evolución ha sido a peor. Se quiere convertir en algo así como un OT del chiste fácil, de cuentachistes, del cómico de taburete. Y llevan varios meses haciendo selección de personal, y nos han estado calentando motores ofreciéndonos parte de estas selecciones por todo el estado, para llegar, mostrar a lo grande, lo buscado y encontrarnos con algo absolutamente mediocre. Sin demasiado sentido, con pocas novedades, con demasiadas imitaciones, sin que se atisben nuevas personalidades.
En al entrega del pasado sábado, en el jurado estaba precisamente Chiquito de la Calzada, que salió del programa en el que también se descubrió a Paz Padilla, entre otros. Y la verdad sea dicha que de todo lo visto, pocas esperanzas de encontrar alguien con un algo diferente, que cree lenguajes populares de contagio, que cuente de alguna manera especial, historias, chistes, o parodias. Quizás despunte una mujer asturiana, pero no parece tener recorrido, ya que se limita a mofarse de su propio físico.
La pareja de presentadores son eficaces, pero han estado en otros programas mucho más sueltos y con muchas más muestras de su gran altura cómica. Edu Soto, se pierde en exceso, parece reprimido, de vez en cuando le dejan hacer algo, pero se esperaría mucho más de él. Esther Arroyo ha demostrado ser mucho más dicharachera y moverse mejor con su innata simpatía que en este encorsetado concurso. Veremos si los guionistas y responsables de realización consiguen levantar el vuelo, pero dado su esquema de votaciones, exclusiones y votaciones del público por teléfono, lo vemos un poco constreñido a unas medidas y un esquema poco apropiados para el género.