El pasado martes se conocía que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha ordenado la apertura del juicio oral contra el lehendakari Juan José Ibarretxe, los dirigentes del PSE Rodolfo Ares y Patxi López, y los representantes de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi, Pernando Barrena, Juan Joxe Petrikorena, Rufi Etxeberria y Olatz Dañobeitia por las reuniónes que mantuvieron en su día. No obstante, el diputado del PSOE en el Congreso Ramón Jáuregui aseguró ayer que todavía mantiene «la esperanza» de que la vista no se celebre.

Jáuregui explicó, en una entrevista en la Cadena Ser recogida por Europa Press, que está aún pendiente de resolverse alguna cuestión jurídica, como es «si cabe o no la celebración de la vista cuando no hay una acusación de la Fiscalía».

De todas formas, afirmó que la apertura de juicio oral contra el lehendakari y los dirigentes del PSE Patxi López y Rodolfo Ares por reunirse con Batasuna es «políticamente un error», así como «judicialmente muy discutible» la actuación del juez instructor Roberto Sáiz.

Si finalmente se produjera el juicio, considera que la posición del PSOE se basará en que «hay que respetar el funcionamiento de la Justicia». Comentó que, aunque tiene una «fe absoluta de que no va a haber condena», considera que «ya es bastante la pena de banquillo».

En cuanto a la actitud del PNV y el Gobierno de Lakua, piensa utilizarán esta cuestión «a tope», a «diferencia» del PSOE, que mantendrá «una actitud mucho más respetuosa, mucho más discreta».

«Conciencia tranquila»

Jáuregui indicó que, aunque están «en clara disconformidad» con los pasos dados por el juez instructor, lo que hacen es «recurrir» sus decisiones, mientras que el PNV «va a rodear al lehendakari para construir una gran causa de victimismo que tendrá réditos electorales».

Preguntado sobre si este caso le puede pasar factura al PSOE en las próximas elecciones -probablemente él encabezará la lista por Araba-, dijo que en la opinión pública hay una sensación de que se trata «de una causa exagerada judicialmente hablando» y, por tanto, «no hay un reproche político» a la forma en la que actuó el PSE.

Dijo tener la «conciencia muy tranquila» porque, en su opinión, los dirigentes del PSE «hicieron lo que tenían que hacer» al reunirse con Batasuna.