El Ejército israelí mató ayer a cinco palestinos en dos ataques en el norte de la franja de Gaza, en una jornada en la que Tel Aviv redujo a la mitad su suministro de combustible a Gaza.

En el primero de los ataques murieron tres civiles palestinos, Zaher al-Har, de 40 años, y su hijo Yussef, de 18, así como Mohammed Abu Habib, de 22, que se encontraban trabajando en un sector de Jabaliya, cerca de un container que utilizaban como vestuario.

Los israelíes les acusaron de lanzar una bomba contra una garita, pero nadie halló muestra alguna ni de armas ni explosivos en el lugar. Los cuerpos quedaron despedazados por el impacto del misil israelí.

Poco después, dos milicianos palestinos murieron por el disparon de un cohete. Según testigos los activistas pertenecían a la Yihad Islámica y fueron alcanzados por un misil tierra-tierra cuando, al parecer, lanzaban cohetes artesanales contra el sur de Israel desde una zona al este del campo de refugiados de Jabalia. Otras seis personas resultaron heridas.

Recorte de combustible

Entretanto, Israel ha reducido a la mitad su suministro de combustible a Gaza, mientras que el recorte del flujo de electricidad sigue paralizado por decisión del asesor jurídico del Estado israelí, Menajem Mazuz, según informaron funcionarios palestinos.