EHNE reclama medidas económicas para hacer frente al mal de la lengua azul
Inmovilizadas las explotaciones de ovino y bovino de Nafarroa y las más cercanas al foco de lengua azul aparecido en Gipuzkoa, representantes del sector alertan de las repercusiones de esta crisis, aunque no represente un peligro para las personas. EHNE pide ayudas y controles efectivos.
GARA |
El sindicato agroganadero EHNE pidió ayer a la Administración que adopte medidas económicas para ayudar al sector de ovino y bovino afectado por el mal de la lengua azul. Responsables de la central sindical consideraron que las medidas sanitarias de control de las nueve explotaciones guipuzcoanas afectadas no es suficiente y llamaron la atención sobre los efectos que la enfermedad acarreará en el sector ganadero.
En declaraciones a Radio Euskadi, el responsable de Ganadería de EHNE, Eneko Karrera, señaló que aunque esta enferme- dad no afecta a las personas, «es previsible que las ventas y el consumo disminuyan».
Karrera destacó que «para el sector es un tema preocupante, va a traer más controles, más gastos. En las ventas de los productos no tendría que tener influencia, lo que pasa es que estos temas siempre tienen su incidencia cara al consumo; esto económicamente al sector le va a afectar y la Administración tendrá que adoptar medidas también económicas, no sólo sanitarias».
De hecho, las cabañas ganaderas de Gipuzkoa y Nafarroa ya están inmovilizadas como medida preventiva después de que el Ejecutivo de Gasteiz confirmara la detección del mal.
Nueve granjas de Gipuzkoa están afectadas por la enfermedad, siete de ellas son de ganado ovino y dos de bovino, y están emplazadas en los términos municipales de Oiartzun y Errenteria. El primer cinturón de seguridad, con inmovilización de animales, afecta a un radio de 20 kilómetros alrededor del foco, aunque hay un segundo perímetro de investigación que abarca 150 kilómetros, por lo que ya se ha informado a organismos competentes del otro lado del Bidasoa, así como a las autoridades de Cantabria, la Rioja y Castilla-León.
El Gobierno de Nafarroa, por su parte, ha optado por inmovilizar todas las explotaciones de ganado ovino y bovino, aunque no haya ningún caso reciente en el herrialde. Además, el Ejecutivo navarro ha anunciado que los veterinarios visitarán a partir de hoy unas 500 cuadras de ovejas y vacas de municipios navarros cercanos a las granjas guipuzcoanas afectadas.
Mientras las autoridades insisten en el mensaje de que la enfermedad, que se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados por el virus, «no supone riesgo alguno» para la salud de las personas, el sector se prepara para hacer frente a una nueva crisis.
Aunque en este caso el sacrificio de los animales no es necesario para atajar el mal, las reses necesitan tratamiento y seguimiento veterinario.
El presidente de EHNE en Bizkaia, Mikel Kormenzana, señaló ayer a GARA que el sindicato tiene previsto abordar hoy en profundidad esta cuestión en una reunión de la ejecutiva.
Kormenzana destacó que en el sector existe preocupación, por las repercusiones que pueda tener la aparición de la enfermedad y ahondó en que si algo ha quedado claro con la aparición de estos casos es que los controles establecidos hasta la fecha no han sido efectivos.
El responsable de EHNE reiteró que en la raíz de esta nueva crisis está la importación de ganado, una cuestión que el sindicato ya denunció días atrás con referencia expresa a proyectos como Gurokela, frente a la actividad de mataderos comarcales que apuestan por la carne producida en el país. Por ello, insistió en la necesidad de aumentar las medidas de protección del ganado autóctono, a la vista de que con la política actual «cada vez estamos más excpuestos a la llegada de enfermedades que no teníamos y a problemas con productos alimenticios».
Pese a no existir focos en el herrialde, el Gobierno de Nafarroa ha prohibido el movimiento de ovejas y vacas y enviará hoy a los veterinarios a unas 500 cuadras de municipios que lindan con Gipuzkoa.
Las autoridades insisten en que el mal de la lengua zul no representa ningún peligro para las personas, pero el sector está preocupado por las repercusiones que pueda tener en el consumo de carne.