El laboratorio de ensayos avanzados (HALT por sus siglas en inglés) que el Centro de Tecnologías Aeronáuticas inauguró ayer en el Parque de Miñano resumirá en unas horas o unos días diez años de desgastes, cargas y uso en condiciones extremas de los materiales y equipos que utiliza el sector aeronáutico. Se trata del primer laboratorio europeo de estas características y en él se someterá los componentes de aviones a vibraciones extremas, cambios de temperatura de hasta 60º C por minuto, cambios de presión, impactos de elementos metálicos o pájaros, hielo o descargas eléctricas en un espacio de 8.300 metros cuadrados, con equipos diseñados por el propio CTA. Según explicó el director general del centro, Juan Pedro Vela, este centro, que supone una inversión de seis millones de euros, busca adaptarse al mercado y a los clientes del CTA, como Embraer, Airbus, EADS o Aernnova, que piden plazos de desarrollo cada vez más cortos para introducir en el mercado sus innovaciones.

Además de acelerar la fatiga de los materiales, el laboratorio simulará la aparición temprana de fallos para detectar los puntos débiles. Hasta 10 componentes del Airbus A380 o 14 del A400, entre otros modelos, se están probando en el CTA.