El secretario general del sindicato LAB, Rafa Díez, hizo ayer un llamamiento al PSOE para que adopte las decisiones necesarias que posibiliten la liberación de los presos políticos con enfermedades incurables, que ascienden a una decena. Díez, quien compareció en Bilbo junto a Mati Iturralde, denunció la política penitenciaria que aplica el Gobierno de Rodríguez Zapatero contra los presos vascos y agregó que supone «una vuelta de tuerca» con respecto a la estrategia impulsada por el PP.

El secretario general de la central abertzale advirtió que la situación en la que se encuentran los prisioneros con enfermedades graves puede derivar en «desenlaces fatales» que se pueden evitar con «decisiones políticas». Díez citó los casos concretos de los presos políticos Jon Agirre Agiriano, Josu Uribetxebarria, José Ramón Foruria, Angel Figeroa, Gotzone López de Luzuriaga, Juan José Rego Vidal, Bautista Barandalla y Marilo Gorostiaga.

«Responsabilidades políticas»

Consideró que «detrás de la situación de estos presos hay un impulso político, responsabilidades políticas», ya que, en su opinión, «son decisiones políticas las que los mantienen en las cárceles a pesar de sus graves enfermedades».

Algo que, denunció, no ocurre con «reclusos ilustres» que se han acogido a las medidas previstas en la legislación española y por las que «ya están en la calle». Citó en concreto los casos de Enrique Rodríguez Galindo y Rafal Vera.

Díez advirtió que estas «realidades muy graves» pueden desembocar en «desenlaces fatales» que provocarían «mayor tensión, aparte del drama que significarían». Al respecto, la central anunció la convocatoria de diversas movilizaciones para denunciar la situación de estos presos. El 16 de noviembre se concentrará ante la cárcel de Langraiz, el día 23 en la plaza de Agurain y el 28 ante la cárcel de Iruñea, en el que está preso Barandalla. El 1 de diciembre llevará a cabo una marcha a la prisión española de Dueñas, y el 21 a la de Logroño.