El vecino del barrio bilbaino de Santutxu Iñigo Muerza recuperó ayer la libertad después de permanecer siete años preso en las cárceles españolas. Muerza, que fue detenido el 9 de noviembre de 2000 por la Policía española acusado de colaborar con ETA, ha cumplido de forma íntegra la condena impuesta.

El joven abandonó por la mañana la cárcel de Valencia, hasta donde se trasladaron medio centenar de allegados para acompañarle en su vuelta a casa. Durante el viaje, según aseguraron a GARA desde Santutxu, el autobús fue parado en un control policial.

Mientras, en el barrio bilbaino se negociaba con la Ertzaintza la posibilidad de ofrecer un recibimiento al ex preso, ya que Interior de Lakua lo había prohibido con anterioridad, así como otro acto previsto para el sábado. Consiguieron que la Policía permitiera un ongietorri en el interior de la herriko taberna.

Una vez arribado el autocar, Muerza y sus acompañantes entraron al local. Pero dado que se habían congregado más de 300 personas, muchas de ellas se quedaron ante la puerta. Cuando se entonaba el «Eusko Gudariak», según testigos, la Ertzaintza cargó contra los que estaban en el exterior y, tras romper los cristales de la herriko, lanzó pelotazos al interior.

La carga se saldó con varios heridos, uno de ellos un joven detenido que tenía rota la nariz. También fue arrestado un segundo santutxuarra.