GARA > Idatzia > Ekonomia

CRÓNICA | SALUD LABORAL

La contaminación medioambiental por amianto aumenta en el Estado francés

Un estudio realizado en el Estado francés pone de manifiesto que las consecuencias por el uso del amianto no son sólo para aquellos trabajadores que estuvieron en contacto directo con ese mineral, sino para quienes viven o vivieron cerca de un centro de producción. Es la exposición medioambiental, como así lo denomina. Ha ocurrido al noroeste de París, en la comarca de Aulnay-Sous-Bois.

p025_f01148x92.jpg

Juanjo BASTERRA

El área de Salud Laboral del Instituto Sindical Europeo (ETUI-REHS) ha alertado sobre las consecuencias del amianto para la población cercana a las empresas que trabajaron con el mineral cancerígeno, que fueron muchas a lo largo de los últimos treinta años del pasado siglo. Una serie de estudios que se han realizado en el Estado francés han confirmado que «tuvo graves consecuencias sobre la salud de residentes en donde estaba enclavada la industria del amianto y de trabajadores de oficinas aisladas con derivados de ese mineral».

El último boletín epidemiológico (BEH) del Institut de Veille Sanitarie (Invs) constata que once personas resultaron afectadas por mesoteliomas pleurales, un tipo de cáncer ligado al amianto, «tras una exposición estrictamente medioambiental, dado que nunca trabajaron ni estuvieron expuestas de manera directa en la empresa CNMP, que se dedicó hasta 1991 al tratamiento de amianto».

El ETUI-REHS afirma en una escueta nota que esta información «es de importancia, ya que hasta ahora se habían tenido en cuenta las fechorías del amianto para los obreros que trabajan directamente sobre este material. Recientemente se habían definido algunos casos sobre personas que fueron contagiadas por amianto en la Universidad parisina de Jussieu, pero se trataba de un lugar cerrado».

El nuevo descubrimiento enciende todas las alarmas, puesto que la empresa CNMP tiene un largo historial productivo con el mineral cancerígeno, igual que otras muchas no sólo en el Estado francés. Esa empresa del noreste de París se dedicaba hasta 1991 a la trituración y cardado de amianto bruto. Se instaló en 1938, según informa esa organización europea, «en una zona ya urbanizada que implicaba entonces pabellones de vivienda, comercios y próxima a una escuela. Esa zona se densificó».

Hasta 1991 con amianto

Tras una interrupción durante la guerra, la empresa reanudó hasta 1991 su actividad. En esa información, el ETUI-REHS explica que en 1997, tras la muerte de un residente de un mesotelioma, se presentó una denuncia. «El caso era inquietante, porque no se le conocía exposición profesional alguna al amianto y sólo se conocía a la persona por el hecho de vivir cerca de la fábrica. Se realizaron tres estudios a finales de 2005 a propuesta de las asociaciones vecinales que muestran los efectos contra la salud del amianto».

Los informes sobre los efectos cancerígenos de ese mineral se explican en ese boletín epidemiológico. Según Paolo Boffetta, del Centro Internacional de Investigación del Cáncer, de Lyon, existe una gran disparidad de datos sobre la incidencia del mesotelioma pleural ligado al amianto, ya que se producen por encima de cinco casos de mesoteliomas pleurales por cada 100.000 personas, en zonas como Génova en Italia o al oeste de Australia. En muchas poblaciones europeas la incidencia es importante, con tres afectados por cada 100.000 personas en Holanda y en el sur de Gran Bretaña. En el Estado español destaca Nafarroa con 0,88 casos de cáncer por mesotelioma por cada 100.000 trabajadores es el nivel de incidencia más elevado de nueve zonas analizadas en el Estado español, aunque no cita al resto de Euskal Herria.

Aunque hay zonas que destacan de manera especial, «las personas que viven bajo el mismo techo de los trabajadores del amianto han sufrido o sufren la exposición de partículas, desde la inhalación del polvo de amianto hasta la propia contaminación de la prenda de vestir del trabajador», indica el experto en cáncer. También reconoce que la exposición al amianto puede proceder de la instalación, la degradación, la retirada y la reparación de productos y «de la contaminación externa vinculada a las minas o a las fábricas de amianto que existieron». Boffetta reconoce que «la exposición no profesional en el amianto es reducida», pero advierte de que «puede darse una fuerte exposición medioambiental en zonas geográficas específicas» y cita a Córcega y Nueva Caledonia, «donde podría causar un tipo importante de cánceres».

El experto reconoce que las fibras de amianto «están muy extendidas y persisten en el medioambiente». Para él, «el amianto constituye un agente medioambiental muy extendido», aunque señala que el efecto del cáncer todavía no ha aflorado por su larga latencia.

El estudio, que aparece en el boletín epidemiológico francés, reconoce que «la utilización de amianto se intensifica en los países en vías de desarrollo. Varios países prohibieron su uso», mientras que otros «sólo limitaron algunos usos, que provocan concentraciones de fibras del mineral que causan efectos nocivos sobre la salud».

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo