GARA > Idatzia > Kultura

Fernando Botero lleva las torturas de Abu Ghraib a Washington

La serie «Abu Grhaib», del colombiano Fernando Botero, permanecerá en el Museo de Arte de American University de Washington hasta el 31 de diciembre. No es la primera vez que pisa suelo norteamericano, pero sí que lo hace de forma completa. La exposición consta de 79 cuadros y son una muestra más de la brutalidad del ejército estadounidense.

GARA | WASHINGTON

El artista colombiano de 78 años Fernando Botero continúa mostrando al mundo las torturas y las más horribles vejaciones a las que el ejército estadounidense sometió a prisioneros de la cárcel de Abu Ghraib.

El recorrido de estas pinturas comenzó en 2005, cuando tras ver las imágenes en los medios de comunicación, Botero se puso manos a la obra, ya que para él la pintura sebe servir para algo más que para decorar mansiones. Tras pasar por Nueva York y la Universidad de California en Berkeley -a la que ha donado la colección completa-, la muestra llega ahora a Washington, al Museo de la American University, directamente desde Milán, donde permanecerá hasta el 31 de diciembre. Después, viajará a México, a Monterrey.

La exposición consta de 79 obras y, según aclaró Botero en la presentación de la misma, con ellas quiere «sacarse la rabia» ante una conducta «inaceptable» del Gobierno de EEUU.

El autor realizó los trabajos hace ya dos años con la pretensión de que «el público las mire», en especial el espectador con conciencia política, aunque el colombiano prefiere no meterse en temas políticos porque, a su juicio, el artista «debe mantenerse fiel a las ideas de estética». «Tienes que ser fiel a la pintura antes que a cualquier otra cosa», señaló en la presentación de la exposición, este pasado miércoles. A pesar de todo, Botero hizo hincapié en que se trata de obras apolíticas. «Sólo fui un artista tratando de plasmar mis sentimientos (...) No fui profeta sino un artista que buscaba liberar esa rabia», añadió.

En su conjunto, las obras muestran la perspectiva de las víctimas, muchas de ellas desnudas, maniatadas, encapuchadas, apiladas en una pirámide humana, colgadas de un pie, o enterradas ante la presencia de un perro. Todo ello al más puro estilo Botero; con unos personajes regordetes y de planta agigantada. Uno de los cuadros muestra, además, a un hombre vendado y luciendo un sostén y calzón rojos contra su voluntad. El torturador está ausente de la mayoría de los cuadros, salvo en el tríptico «Abu Ghraib 43».

Respecto a las críticas recibidas después de realizar la serie, que llegaron incluso a decir que mostraban a «otro Botero», el artista aclaró que «no he cambiado en absoluto. Todo esto yo lo tomo como un paréntesis en mi vida artística, sigo pintando temas que siempre he pintado en toda mi vida, con el mismo entusiasmo, con la misma dedicación, pero no he cambiado».

Botero explicó, asimismo, que en un principio pensó hacer una «obra única, de un solo cuadro» sobre el tema, pero que luego creyó que le faltaba más contexto para ser mejor entendida y que empezó la segunda pintura y así sucesivamente hasta completar la serie.

A pesar de que la muestra ya estuvo en EEUU, la de Washington es la primera presentación total de la serie en este país. Debido a las dificultades para presentarla en Estados Unidos, estuvo desde el año 2006 girando por varios países europeos, hasta que este año fue a parar a Nueva York, aunque de forma parcial por falta de espacio.

Protesta social y política

La muestra comparte espacio con otras dos exposiciones dentro de la sección ``Arte de Confrontación'', donde se recogen obras de protesta social y política dentro y fuera de Estados Unidos. Una de ellas habla sobre el feminismo radical y la otra hace una crítica abierta a la sociedad estadounidense.

No es la primera vez que Botero reflexiona sobre temas políticos. Ya realizó un centenar de piezas para denunciar abusos contra los derechos humanos por parte de la guerrilla colombiana. Las obras se pueden visitar en el Museo Nacional de Bogotá.

Sin embargo, preguntado por si el Gobierno de EEUU debería cerrar las cárceles clandestinas o el centro de detenciones de Guantánamo (Cuba) Botero contestó: «No quiero meterme en cosas que no tengo ni la preparación ni la autoridad, porque no tengo el conocimiento de todos los hechos que hay detrás».

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo