María de la Peña, flanqueada por los miembros del Consejo de Administración, compareció ayer por la tarde en Anoeta para presentar su dimisión «irrevocable» como presidenta de la Real Sociedad y anunciar la convocatoria de elecciones para el próximo 3 de enero.

Hasta esa fecha, con el fin de que el club no caiga «en el desgobierno», la directiva actual continuará en sus funciones, aunque De la Peña adelantó que el Consejo actual no concurrirá a los comicios, «respetando, como no podría ser de otra manera, la opción personal que cada uno de sus miembros a título personal pueda adoptar cara a la referida cita electoral».

Según informó el club, Juan Larzabal será el presidente del Consejo de Administración y Jose Mari Martínez, el vicepresidente, de forma provisional. Asimismo, confirmó que se mantiene la Junta Ordinaria del 30 de noviembre.

«Con cara y ojos»

La presidenta saliente explicó que con su dimisión pretende que las decisiones que vayan a adoptar los accionistas se produzcan «en un contexto de serenidad y máxima responsabilidad», al tiempo que destacó la necesidad de convocar elecciones para «centrar el debate en su justo término».

Llegados a este punto, reiteró que «lo que está en juego no es la sustitución de un Consejo», sino «si la Real Sociedad va a seguir siendo de todos o si lo va a ser de un accionista de referencia con lo que ello implica», en alusión a los inversores chino-guipuzcoanos, los cuales aún no han comparecido públicamente pese a haber adelantado algunas de sus intenciones.

Las alusiones a este proyecto fueron continuas cada vez que hizo referencia al debate suscitado en torno al cambio de modelo societario. En este sentido, después de advertir de que con la irrupción de un accionista mayoritario difícilmente podría volverse algún día a la situación de partida, indicó que una decisión al respecto «no se puede adoptar y despachar en una Junta Extraordinaria».

Por ello, apuntó que es vital que «todos los accionistas puedan decidir libremente en unas elecciones donde se expongan claramente, con cara y ojos, lo que se pretende que sea la Real Sociedad», algo que aún no ha realizado la opción china.

«La salud no es tan negativa»

De la Peña insistió en que el Consejo defiende «una Real Sociedad de todos los guipuzcoaos frente a la figura del accionista mayoritario que ostente el control efectivo y real del club». Dijo que los riesgos de esa alternativa son «evidentes» y que, si ese accionista responde a una sociedad de capital riesgo, «el peligro se multiplica».

Destacó que «no deseamos para la Real Sociedad este tipo te tratamiento, esta terapìa. El diagnóstico sobre la salud del club, en nuestra opinión, no es tan negativa como para recurrir a este recurso desesperado». Alertó, además, de que «el precio a pagar -la cesión de la capacidad de decisión estratégica- es demasiado elevado», por lo que opinó que «no nos debemos dejar arrastrar por lo urgente, sin tener en cuenta lo verdaderamente importante».

Y lo importante, tal y como remarcó la ya ex presidenta txuriurdin, «es que la Real Sociedad siga siendo de todos. Las urgencias podrían provocar un error irreparable».