Aiert Larrarte Aldasoro Abogado de Torturaren Aurkako Taldea
¡Stop a la impunidad de los Torturadores!
Hay que ir desenmascarando a los torturadores que ocupan actualmente altos cargos en los cuerpos policiales y a sus cómplices que ejercen altísimas funciones en todas las estructuras del Estado, mostrando y denunciando la impunidad de que han gozado y gozan
El informe hecho público por Amnistía Internacional, «Sal en la herida: La impunidad efectiva de agentes de policía en casos de tortura y malos tratos», ha vuelto a dejar en evidencia a las autoridades españolas y viene a sumarse a las innumerables denuncias efectuadas en el mismo sentido por múltiples y prestigiosos organismos internacionales.
Por ejemplo, la efectuada el 3 de julio de 2006 por la misma AI mediante un importante comunicado de prensa en el que mostró gran preocupación por «el clima de impunidad existente (en el Estado español) para las violaciones de derechos humanos graves debido a que no se investigan de forma independiente, imparcial y minuciosa todas las denuncias de este tipo de violaciones, en especial las denuncias de homicidios ilegítimos y torturas y malos tratos a manos de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, y tampoco se procesa eficazmente a sus perpetradores».
En ese contexto, pidió algo muy importante: «que se cree un mecanismo independiente de rendición de cuentas por parte de la Policía que garantizaría que se investigaran de forma independiente, imparcial, minuciosa y eficaz todas las denuncias de violaciones de derechos humanos cometidas por organismos encargados de hacer cumplir las leyes, y que los responsables fueran puestos a disposición judicial». Es decir, una comisión de la verdad similar a la creada en países como Sudáfrica.
Lástima, eso sí, que no especificara a disposición de qué justicia deben ser puestos esos responsables. Esperemos que no se trate de la actual injusticia española, que hace la vista gorda ante innumerables casos de tortura y ha impuesto, como en el caso de Joxe Arregi, penas irrisorias a los torturadores; cuando no los ha pura y simplemente absuelto o sobreseído su caso, mientras impone condenas astronómicas por quemar un cajero automático.
No puede ser que se refieran a una autodenominada justicia que ha actuado de manera tan descarada en el caso de Iñaki de Juana -o en tantos otros- y que acepta como pruebas de cargo autoinculpaciones arrancadas bajo tortura, ¿o sí? Sería conveniente que Amnistía Internacional aclarara ese extremo.
Hay que tener en cuenta, además, que incluso si se tratara de una justicia realmente independiente, los torturadores seguirán escudándose en la falta de pruebas, tal y como han hecho siempre, pues la triste realidad es que históricamente muy pocas veces se ha conocido toda la verdad, a no ser que caiga el régimen y con él también el muro de silencio cómplice que lo protegía; y en muchos casos, como el de Steve Biko en Sudáfrica, ni siquiera entonces.
Ahí está, por ejemplo, lo sucedido con los campos de exterminio nazis, de cuya terrible y completa realidad no fue consciente el mundo hasta bien finalizada la II Guerra Mundial, aunque las pruebas al respecto eran más que evidentes para quien las quisiera ver. Y si tal cosa sucedió en un caso tan flagrante como el de los campos de exterminio, no nos podemos en absoluto extrañar de lo sucedido en otros casos: la guerra de Argelia, la dictadura argentina... En todos ellos tuvieron que pasar un montón de años para que la terrible realidad saliera a la luz del día.
Eso sí, aun sabiendo que llegado el momento los torturadores se seguirán escudando en el «no hay pruebas y nunca las habrá», hay que seguir luchando día a día para que ese mecanismo independiente de rendición de cuentas propuesto por Amnistía Internacional vea cuanto antes la luz, y sobre todo acumular todas las pruebas posibles de lo sucedido y de lo que está actualmente sucediendo en todo ese cruel entramado que hace posible la tortura, para que algún día los torturadores y sus cómplices rindan cuentas por tanto horror y sufrimiento.
Y, al mismo tiempo, hay que ir desenmascarando por una parte a todos los torturadores que ocupan actualmente altos cargos en los cuerpos policiales y, por otra, a sus cómplices que ejercen altísimas funciones en todas las estructuras del Estado español, mostrando y denunciando la flagrante impunidad de que han gozado y gozan para llegar hasta donde han llegado.
Esas son algunas de las múltiples tareas que nos hemos fijado en TAT como medio efectivo de presión contra la tortura: vamos a seguir poniendo todo nuestro empeño en desenmascarar, no sólo ese siniestro sistema que concede todo tipo de facilidades a los torturadores, sino a toda esa gentuza que ocupa tan altos cargos. Y como el esfuerzo que demandan esas tareas es realmente importante, hacemos un llamamiento a participar dentro de TAT en alguna de ellas. Cada cual en aquélla en que se vea más útil.
En este sentido, queremos también aprovechar la ocasión para invitaros a participar en la II Asamblea de Torturados y Torturadas que vamos a celebrar el 15 de diciembre. Esperamos que vuelva a ser todo un éxito como la precedente, ya que nos sobran ganas y entusiasmo para terminar de una vez por todas con esa terrible lacra.
Unidos en el esfuerzo lo podemos conseguir ¡Seguro!