Alegra saber que Robert Benton, a sus 75 años, sigue en activo. A nada que a este maestro le den un material con posibilidades hace una gran película, tal como sucedía recientemente con «Al caer el sol». Ahora en «El juego del amor» también apunta alto, pues adapta una muy recomendable novela de Charles Baxter, que localiza en un pequeño pueblo de Oregón la vida amorosa de sus habitantes. Son historias cruzadas de parejas pertenecientes a distintas franjas generacionales, todas ellas observadas con una perspectiva enriquecedora. Es sobre el actor Morgan Freeman sobre quien recae la responsabilidad de hacer un poco de fisgón, de voyeur sentimental que, al margen de sus propios conflictos, ve pasar a sus convecinos desde el taburete que ocupa a diario en la cafetería. El cometido de introductor del resto de personajes no le impide integrarse en la coralidad del conjunto, dentro de un equilibrado reparto entre rostros jóvenes y veteranos. La ocasión le ha permitido a Benton reencontrarse con la actriz Jane Alexander, a la que dirigió con éxito en la oscarizada «Kramer contra Kramer».