Es el primer largometraje de ficción del suizo francófono Lionel Baier, quien hasta ahora había hecho varios cortos y documentales. «Garçon stupide» ha tardado tres años en estrenarse en nuestro mercado a pesar de que presenta una temática de plena actualidad, tratada con el suficiente realismo como para despertar no poco interés y oportunos puntos de debate.

Fue el actor Pierre Chatagny quien convenció al realizador de que era el adecuado para personificar al joven protagonista de veinte años, al poseer unas vivencias muy parecidas en las que podía inspirarse el guión. El chico en cuestión simultanea su trabajo diurno en una fábrica con una vida sexual nocturna muy activa, lo que todavía le deja tiempo para salir con una amiga o admirar a la estrella del equipo local de fútbol.

Es como si los intercambios sexuales con hombres maduros que obtiene a través de internet, aparte de procurarle ingresos extras, le liberaran de su mecánico quehacer laboral en la cadena de montaje. Las escenas de prostitución están filmadas por Lionel Baier de forma muy explícita, a fin de no desvirtuar el naturalismo que persigue la película.