El drama deportivo de superación personal es uno de los géneros más arraigados en Hollywood, que no deja de producir películas gracias a que las distintas competiciones dan muchas anécdotas reales sobre entrenadores, jugadores, directiva y afición. Quienes crean que ya lo han visto todo en las canchas de juego y en la pantalla tal vez corran el riesgo de equivocarse con «Equipo Marshall», que trata un tema tan querido en nuestro ámbito como el de la cantera. A veces las circunstancias adversas obligan a los equipos a recurrir a la cantera, y en esas ocasiones se demuestra que hay que contar con los jóvenes valores de casa. Es una lección, tanto allá como aquí, para que los responsables de la mayoría de clubs profesionales no vivan tanto de los fichajes foráneos y se fijen un poco más en los jugadores de la tierra.

La película «Equipo Marshall» recrea la tragedia histórica ocurrida en el año 1970, cuando el avión en que volaban los integrantes del equipo del título se estrelló contra las montañas Apalaches. No hubo supervivientes, salvo tres jugadores lesionados y un ayudante del entrenador que no pudieron viajar. La Universidad Marshall y toda la ciudad de Huntington cayó en la desolación y el desánimo, lo que provocó la reacción del capitán ausente de la convocatoria. Dispuesto a volver a jugar al rugby norteamericano convenció al decano para fichar un entrenador inexperto, pero dispuesto a trabajar con la base y superar los problemas burocráticos para la inclusión de chicos procedentes de las categorías inferiores. Así fue como resurgieron de sus cenizas, contra todo pronóstico. El papel principal del mister recae en un irreconocible Matthew McConaughey, quien logra su mejor actuación hasta la fecha mediante una fuerza y un poder de convicción arrolladores.