El 11 de noviembre de 2004 fallece en un hospital parisino y en extrañas circunstancias Yasser Arafat. Tres años después, en un homenaje en su memoria, Gaza se convierte en escenario de la lucha fratricida entre organizaciones palestinas. Es de suponer que el gobierno sionista del estado opresor de Israel se estará frotando las manos viendo cómo su política de «no solución» al conflicto está dando sus tantos. La política del «divide y vencerás», el enquistamiento del conflicto por su duración y la pasividad de los organismos internacionales ante las continuas violaciones de los derechos humanos, han provocado el efecto contrario al que el líder de la OLP buscó en su lucha: la unión del pueblo palestino como única vía para alcanzar el objetivo de una Palestina libre.