Ni manipulación, ni mentira
Iñaki IRIONDO
Este diario adelantó el pasado 1 de noviembre que Begoña Errazti había perdido el apoyo de sectores de la Ejecutiva Nacional y de las regionales de Araba y de Bizkaia que le apoyaron en el VI Congreso. Además, es una evidencia que tampoco cuenta con el apoyo de la Ejecutiva Regional de Gizpuzkoa. Es decir, sólo la imposibilidad de encontrar otro candidato que tuviera garantizada la elección le permitiría dar el paso de presentarse a la reelección y volver a obtener la presidencia. Al día siguiente, GARA avanzó además que «el relevo de Errazti podría abrir el camino a buscar una dirección de consenso en EA». Y señaló que entre los nombres que se bajaraban, sonaban con fuerza los de Joseba Azkarraga y Unai Ziarreta, aunque se indicaba también que eran movimientos aún incipientes y que, por tanto, la identidad de los candidatos podía cambiar.
Esas informaciones fueron recabadas en fuentes de EA diversas y suficientemente acreditadas, y volvieron a ser corroboradas tras su publicación. Después, otros medios las han utilizado para hacer sus propias noticias, añadiendo nuevas aportaciones que abundan en la misma dirección.
Es comprensible que Begoña Errazti prefiera que no se hable de estas cosas, que hubiera querido retirarse de otra forma (seguro que el Congreso todavía guarda una cerrada y merecida ovación para ella); pero de ahí a lanzar acusaciones de manipular y de mentir hay un salto que no debiera darse con tanta facilidad.