Cuando la criminalización de la izquierda abertzale lleva a medir barras y contar botellas
La operación policial desarrollada por orden de la magistrada-estrella de la Sección 14, Laurence Le Vert, ha tenido como objeto tres herriko tabernas. El 24 de setiembre fue el restaurante Kalaka el objetivo de un pormenorizado registro que, al igual que las quince detenciones practicadas en aquel operativo, fue objeto de una fuerte contestación popular en las calles de Donibane Garazi. Este miércoles los locales registrados fueron las herrikos de Ziburu, Hendaia y Baiona, donde los policías protagonizaron escenas bien chocantes. ¿Qué hacen unos señores agentes de la Policía Judicial midiendo los metros de una barra o comprobando cuántas botellas vacías y cuántas llenas tiene un local de hostelería? Sin embargo, no es una broma que se sucedan intervenciones como ésta, que se sabe tienen un eco determinado en los medios de comunicación y que tratan de proyectar ante la sociedad una imagen de sospecha y conflictividad que busca alimentar desconfianzas -por cierto, en un momento de preparativos de alianzas y estrategias hacia las municipales y cantonales- sobre un sector muy activo en la denuncia de los planes de París para Euskal Herria.