Comienza la fiebre de pre-campañas y campañas electorales y los políticos han ido ya tejiendo de alguna manera sus artimañas electorales, han ido y siguen preparando el terreno. No son sólo las últimas detenciones de la Mesa Nacional y las constantes detenciones de jóvenes abertzales, sino el veneno y la confusión que han ido inyectando todos estos meses y todos estos años, su estrategia de debilitar a la izquierda abertzale, su táctica perversa de dividir al propio pueblo vasco, sus discursos limitados e hipócritas para desacreditar y criminalizar cualquier acto en el que intervenga gente de la izquierda abertzale. Han perdido mucho tiempo y energía acusando a Batasuna para justificar y disimular sus grandes errores políticos.

Se intenta hacer creer al pueblo vasco que el problema y la solución de un conflicto dependen de si existe o no ETA, cuando saben perfectamente que esto no es así de simple, que la raíz y el origen del conflicto vasco no es ETA, sino razones políticas de peso que no se han querido, ni sabido, ni podido resolver políticamente. Si al pueblo vasco se le da la oportunidad de decidir su futuro político, si se respeta tu territorialidad, si se le reconoce y se le respeta como nación, como pueblo, no darían pretextos para que exista ETA, o cualquier grupo militar o político pidiendo o exigiendo los derechos negados de todo un pueblo. Y, seguramente, los políticos tendrían espacio físico y político para resolver los problemas sociales, ecológicos y culturales que nos afectan como pueblo y de los que deberíamos estar ocupándonos desde hace mucho tiempo. Hay tantas cosas que resolver... pero por supuesto que debemos ir por partes y primero habrá que atreverse con otro nuevo discurso político.

Como pueblo deberíamos invitar a los políticos a que aprendan bien la definición de «democracia»; se deben permitir todas las ideologías incluyendo la independentista, pues sorprende que haya corrientes neonazis y de ultraderecha, y que no se admitan determinadas ideologías de izquierda; habrá que comprender que dentro de un marco democrático deben existir partidos políticos, organización política, ideología, diálogo y reivindicación política y, sobre todo, debe existir la opinión y la decisión de todo un pueblo. Todo ello daría opción a buscar y encontrar resultados políticos, evitando más dolor y sufrimiento ocasionados por nuestras incapacidades políticas. Todo esto es una humilde sugerencia para próximas campañas. No demos más leña al fuego, antepongamos los intereses del pueblo a los de un partido político. Si realmente quieren que el País Vasco viva en paz, resolvamos de manera inteligente los conflictos y recuperemos la democracia y el respeto para Euskal Herria en términos políticos, con la implicación de partidos políticos y, sobre todo y ante todo, del propio pueblo vasco. El pueblo no puede cruzarse de brazos y dejar las posibles soluciones en manos de políticos poco inteligentes. No vale quejarnos si no nos implicamos todos de manera inteligente.