El de ayer era un encuentro muy esperado, sobre todo, por los familiares de las personas en poder de las FARC. Hugo Chávez, incluso, tuvo que modificar su agenda y, en vez de asistir a primera hora de la mañana a una reunión con empresarios franceses, «se quedó trabajando intensamente con gobiernos y líderes amigos para buscar la fórmula del canje humanitario», indicó el ministro de Asuntos Exteriores venezolano, Nicolas Maduro, sin precisar más.

Antes de acercarse a la escalinata del Palacio del Elíseo, donde le aguardaba Nicolas Sarkozy, pasó revista a un destacamento de la Guardia Republicana. Luego ambos se saludaron con palmadas en el antebrazo y posaron para los medios.

Ya en el interior, Chávez le entregó una carta de las FARC en la que la guerrilla se compromete a entregar «a finales de año» pruebas de vida de Ingrid Betancourt así como de otras 44 personas. En esta misiva, además, el líder guerrillero Manuel Marulanda garantiza que la ex candidata presidencial «está siendo tratada bien».

Cruce de mensajes

Según el portavoz del Elíseo, David Martinon, Sarkozy consideró «indispensables» estas pruebas de vida y tomó nota de las promesas de las FARC. Asimismo, «alentó» a Chávez a continuar con estos esfuerzos «subrayando la necesidad de seguir en contacto estrecho con las autoridades colombianas».

Mientras esto ocurría en el Palacio del Elíseo, en Colombia, el presidente Álvaro Uribe fijaba un plazo para las gestiones: el 31 de diciembre. El anuncio lo realizó el alto comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo, que justificó este plazo en respuesta a unas declaraciones del mandatario venezolano que, a su llegada a París, desveló que, durante la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile, Uribe le autorizó a reunirse en la selva colombiana con Marulanda.

«Uribe le dijo que `estaría dispuesto' a autorizar esta cita e incluso a asistir él mismo siempre y cuando se hubiesen liberado previamente a todos los secuestrados y la reunión fuera en el marco de un proceso de paz exitoso», matizó Restrepo.

«Le dijo que este proceso de mediación debía tener un límite en el tiempo, con lo cual estuvo de acuerdo Chávez», añadió el asesor presidencial colombiano. «Hoy -continuó-, el Gobierno piensa que el límite debe ser el mes de diciembre».

En su opinión, «las cosas podrían continuar durante muchos meses, simplemente con una dinámica de expectativas públicas, generando muchos ruidos en medios de comunicación, aprovechando los señores de las FARC para dar declaraciones a la prensa internacional e insistir en sus puntos de vista, sin que se avance en nada concreto». Siguiendo con este argumento, dijo la decisión de establecer «un límite en el tiempo debe entenderse como una forma de protección para capitalizar el esfuerzo que adelantamos y en esa medida no tiene porque haber desesperanza. Por la misma seguridad de los secuestrados queremos que esto sea rápido», señaló el comisionado.

Tras conocer el contenido de este nuevo comunicado, Chávez consideró «extraño» que ahora se ponga como condición la liberación de todos los rehenes. «Nunca se habló de que liberaran a todos los secuestrados porque entonces no tendría sentido ir al Caguán», resaltó.

En todo caso, incidió en que lo prioritario es «lograr el acuerdo humanitario que abra la puerta a un acuerdo de paz».